comentario de juan josé garcía noblejas / www.scriptor.org /martes 1 diciembre 2009
Las malas lenguas dicen que en Suiza lo que no está prohibido es obligatorio. Como exageración irónica está bien, pero no puede ser tomado en serio. El carácter suizo no llega a esos extremos.
Espero que ni siquiera a la hora de poner en práctica el resultado del referéndum según el cual se prohibe la construcción de nuevos minaretes, esas peculiares torres de las mezquitas desde las que se llama públicamente a la oración.
Resume bien La Tercera, al decir que ante el resultado del referéndum suizo
nadie quedó indiferente. El Vaticano, la Unión Europea, representantes islámicos alrededor del mundo y grupos ultranacionalistas reaccionaron, rechazando o alabando el referéndum suizo que el domingo sorpresivamente aprobó la prohibición para construir nuevos minaretes -torres que se ubican en las mezquitas- en los templos musulmanes de ese país.
Así, el hecho abrió un intenso debate sobre la libertad religiosa y el temor al Islam en el Viejo Continente.
Desde el Vaticano llega una idea bien concisa: "El caso de los minaretes es como el de los crucifijos", se lee en L’Osservatore Romano, al hacer referencia a los conservadores suizos contrarios al islam, que quieren negar la dimensión pública y social de la religión:
"La religión no puede ser considerada un hecho privado".
Antonio Maria Sveglio, presidente del Pontificio Consejo para la Inmigración, dijo: "Se nota un sentimiento de aversión y miedo en muchas partes, pero un cristiano debe saber superar eso, aún si no es recíproco".
En la prensa europea puede leerse hoy, según la síntesis de euro|topics, que encabeza referencias de algunos periódicos auropeos, que la prohibición de construir nuevos minaretes en Suiza ha desatado críticas virulentas en toda Europa. Algunos políticos de los partidos populistas de derecha, por el contrario, han celebrado la decisión. Los medios europeos discuten acerca de la libertad de culto, los plebiscitos y la relación de Europa con el Islam.
Ya ayer lunes, también en euro|topics, podían leerse algunas de las primeras reacciones de la prensa continental ante el referendum suizo:
Los suizos votaron ayer domingo en contra de la construcción de nuevos minaretes por una mayoría del 57,5 por ciento. El referéndum fue impulsado por el Partido Popular suizo y la Unión Democrática Federal conservadora. La paz religiosa se vería perturbada por el resultado, opina la prensa europea.
En esta tesitura, y ante esta oleada de marginación social del hecho religioso, sobre el que sería prolijo y casi inútil escribir ahora, incluso cuando Amnistía Internacional rasga sus vestiduras, no está de más leer la anotación de Angel Gomez Fuentes (amigo de no pocos años romanos, y desde hace tres meses en estas lides blogueras con Diario de un corresponsal) cuando recoge lo escrito esta semana por Umberto Eco acerca de La religión en la escuela.
Lo de los suizos tiene que ver con la religión en las ciudades y calles, que en esto son tan públicas como las escuelas públicas.
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