Asociación Ronda80. Voluntariado

Blog para los voluntarios de la Asociación Ronda80 y público en general.
Contiene la agenda de actividades para voluntariado organizadas por esta asociación y una recopilación semanal de cinco noticias de interés que se envía por e-mail.

Calendario

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Muere Jutta Burggraf, una teóloga abierta a los demás. Para influir en el mundo hay que amarlo

artículo de juan Meseguer / www.aceprensa.com / lunes 8 de noviembre de 2010

El pasado 5 de noviembre falleció la teóloga alemana Jutta Burggraf (1952-2010), profesora de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Su docencia y su actividad investigadora estuvo centrada en el ecumenismo, la teología de la mujer, la teología de la creación... Doctora en Psicopedagogía por la Universidad de Colonia y en Teología por la Universidad de Navarra. Es autora de más de 20 libros, algunos de ellos traducidos a otros idiomas, y colaboró en 70 publicaciones colectivas. Se incorporó al departamento de Teología Dogmática de la Facultad en 1996.

Burggraf destacó por su visión positiva de los nuevos tiempos y su empatía hacia los demás. La conocí personalmente en un Congreso internacional celebrado en Roma hace unos meses. Era una de las ponentes invitadas. Tanto su conferencia –“Comunicar la identidad cristiana en una sociedad postmoderna”– como su puesta en escena sedujeron al público.

La conferencia concluyó con una diapositiva un tanto cursi –sólo puso dos en toda la sesión– que mostraba una puesta de sol. Eso, en un Congreso dedicado a la comunicación, era una apuesta arriesgada. Y ahí estuvo el golpe de humor.

Pero el “número” no terminó ahí. Con la diapositiva de fondo, la profesora alemana leyó un poema de Nietzsche dedicado “Al Dios desconocido”. Cuando terminó, el público correspondió al regalo con una ovación abrumadora.

Creo que la anécdota refleja algo del estilo de Burggraf. Si se había propuesto hablar de la fe en una sociedad postmoderna, ¿no era razonable traer a colación –con puesta de sol incluida– al filósofo que decretó la “muerte de Dios”?

Con ocasión del congreso le hice una entrevista sobre cómo transmitir el mensaje cristiano en una sociedad postmoderna, caracterizada por una pluralidad de visiones del mundo y una creciente ignorancia religiosa. Allí me dijo que “para influir en el mundo moderno hay que amarlo” y que “antes de enredarnos en cuestiones controvertidas, debemos mostrar a la gente el atractivo de las verdades cristianas”.

Un diálogo creíble
Se podría decir que el encanto personal de Burggraf iba muy unido a su teología, y al revés. Por eso, era creíble cuando hablaba de temas tan manidos como el diálogo y la convivencia entre personas de diferentes culturas y credos religiosos.

La profesora alemana se inclinó por temas de estudio donde había distintas visiones del mundo en juego. Su preocupación por la unidad de los cristianos queda reflejada en su libro Conocerse y comprenderse (Rialp, 2003).

Con la lectura de ese libro entendí por primera vez que el “compromiso ecuménico” es una cosa de dos; un empeño común que requiere conocer y comprender mejor a nuestros hermanos en la fe.
Algo parecido me ocurrió con su libro de bolsillo Cartas a David (Palabra, 2000), donde Mary entra en diálogo con un antiguo compañero de la carrera que es homosexual. Aunque se trata de un folleto, en pocos sitios he visto reflejada mejor la postura de la Iglesia católica hacia los homosexuales.

Sin esquemas rígidos
Junto a la empatía hacia los demás, cabe destacar su apertura de mente. Burggraf supo descubrir los aspectos positivos de la sociedad actual, pero también se mostró crítica con las soluciones simplistas.

Así ocurre, por ejemplo, en sus estudios sobre las relaciones entre hombre y mujer. Frente a las recetas de cierto feminismo bienintencionado que prescribe una distribución a partes iguales de tareas en el hogar, Burggraf prefirió abordar este asunto sin esquemas rígidos.

A su juicio, la convivencia en el hogar es algo más que un reparto externo de tareas. Lo verdaderamente importante es la “disposición positiva de ambos cónyuges”; una actitud interior que se expresa de modos muy diversos “pero siempre debe quedar clara la voluntad de compartir –sea como sea– las preocupaciones del hogar” (cfr. Aceprensa, 22-06-2004).

El cristianismo es libertad
Otro rasgo del pensamiento teológico de Burggraf es su empeño por hacer visible la belleza del mensaje cristiano; un mensaje que –como recuerda continuamente Benedicto XVI– tiene que ver con el amor y la libertad antes que con las prohibiciones.

“Dios no es enemigo de la libertad; muy al contrario, es su creador, su gran amigo y protector. Nuestra libertad es un don suyo”, escribe Burggraf en su libro Libertad vivida con la fuerza de la fe (Rialp, 2006).

Este libro, por cierto, constituye una apología convincente del cristianismo (aunque no sea éste su principal objetivo) a la vez que conduce al ensanchamiento del alma del lector.

Entre otros trabajos, Burggraf participó como perito en el Sínodo Ordinario de los Obispos sobre “La vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo” (1987). Era coeditora de la revista alemana Mariologisches, miembro del Consejo Científico del Internationaler Mariologischer Arbeitskreis Kevelaer (Alemania) y miembro correspondiente de la Pontificia Academia Mariana Internationalis.

Palos a Dios. Por lo menos, respeto

artículo de antonio garcía barbeito / www.abc.es /martes
16 de noviembre de 2010

Por lo menos, respeto. Si unos miles de firmas bastan para que cualquier minoría merezca que se le respete, se le escuche, cuando no que se le tenga en cuenta, no es justo que millones de cristianos tengan que sufrir la burla, el chiste de mal gusto y aun la desestimación de algunos que se han apuntado a esa «moda» de andar dándole palos a Dios y a cuanto de la fe en él se deriva. Una sociedad como la nuestra, que ha sabido cambiar palabras para nombrar de otra manera lo mismo, con tal de no resultar fonéticamente ofensiva, y ha eliminado del chiste —en el espectáculo público— el racismo, la homosexualidad, la prostitución o los defectos físicos, se ha dado, empero, a cargar contra Dios y los cristianos, sus imágenes o sus costumbres —y sin que nadie ajeno proteste— como la nueva variante de gracia que implica a veces el insulto o el desprecio. Se lleva —eso parece— ir contra Dios, como si muchos estuvieran animando a la hora de un nuevo deicidio o de una nueva persecución de cristianos. Un respeto. Siquiera, respeto. Que de la pérdida del respeto a algo más gordo, a veces sólo hay un paso.

Somos gentes de extremos. De machacar a individuos de determinadas inclinaciones, hemos pasado a subvencionarles sus fiestas; de despreciar y explotar a algunas razas, hemos pasado a protegerlas y a integrarlas. Y eso lo hemos visto justo, porque lo es. ¿Por qué esta carga, en principio burlesca, contra todo lo que derive de la fe en Dios? Soy hombre de dudas, pero espero serlo también de respetos. No he pasado —como algunos— de besarle el anillo al obispo a morderle la mano, pero parece que, para estar en son con no sé qué tiempos y no sé qué tendencias, hay que darse más a la blasfemia que a la oración, hay que darle palos a Dios, no sé por qué venganza, por qué odio, por qué ceguera, por qué error. Dejen en paz a Dios y a los cristianos. Un respeto, siquiera como con otras inclinaciones.

Esta vida cristiana es muy larga y hay que verla como un maratón, no como un sprint de cien metros

entrevista a santi rodriguez, actor /www.ideal.es y www.simposiosanjosemaria.com / miércoles 10 de noviembre de 2010

El actor y humorista Santi Rodríguez, (El frutero en la serie de televisión “7 vidas” en Telecinco, y monologuista en el Club de la Comedia de Canal+) participa este sábado en el V simposio internacional de Jaén “San Josemaría y los jóvenes: para hacer cosas grandes.

Después de asistir hace dos años a la IV edición del Simposio de San Josemaría (http://www.youtube.com/watch?v=QiEtH3lBQhw ) ahora se lanzas a participar de forma más activa en este congreso internacional. ¿Por qué esa implicación?
Unos amigos me sugirieron la idea y yo demostré mi interés por colaborar. Así que llegamos a la conclusión de que iba a hacer lo que ya simplemente he hecho en otras ocasiones en otros lugares: dar mi testimonio de mi fe y de mi vida de una forma natural.

¿Sorprende que un actor asista a simposios o eventos de este tipo…?
Bueno, ahora es cuando puede sorprender más que nunca. Quizá por desgracia. Se intuye que dar testimonio de la condición cristiana no beneficia de forma material en concreto en algunos sectores.

Y....
Bueno, me rebelo contra eso. Yo siempre intento ver el sentido positivo de las cosas, así que agradezco a los que provocan estas situaciones y sus críticas porque, jejeje… me hacen reafirmarme más en mis creencias. A pesar de que sí, es cierto. Me he creado ciertos problemas solapados decir que creo en Dios en algunos ambientes. Bien, ya lo sabemos: Cristo ha muerto en la cruz, no ha venido al mundo para ir a una fiesta

¿Es que está mal visto en algunos medios de comunicación ser católico?
Desgraciadamente así es. Es una lástima lo que está pasando. Yo comparo a los católicos con los aficionados del Atlético de Madrid que estamos callados, porque nos adelantan el Real Madrid y el Barcelona. Pero hay que manifestar nuestra fe con un natural y sano orgullo. Desde que existe la humanidad la religión es atemporal y es un bastión fundamental igual que la familia. A las dos las intentan echar abajo.

Benecito XVi ha estado recientemente en España y vendrá a la Jornada Mundial de la Juventud en verano de 2011 ¿Qué le dice usted los jóvenes?
Que en la vida se crece como persona y como creyente. Te formas en la juventud, y hay que poner buenos cimientos que nunca son suficientes, porque llega un momento en el que parece que todo se tambalea. A mi me pasa como al resto del pueblo. Pero yo les digo que tengan mucha esperanza en la fe, en sus creencias, que no son nuestras, sino de Dios salvador. Y que se aferren a la familia. Que a pesar de los ataques a la familia se apoyen en ella sin temor ninguno. La familia no es un invento cultural de hoy. Nacemos y vivimos en ella desde que nos traen nuestra madre y padre al mundo. En fin, que no tengamos miedo. Esta vida es muy larga y hay que verla como un maratón, no como un sprint de 100 metros.

¿Ha tenido que rechazar algún trabajo porque consideraba que no “era su estilo”?
He tenido que rechazar, no trabajos, sino ciertos textos que me parecían inadecuados, porque criticaban en plan jocoso a personajes muy conocidos de la Iglesia y me he negado en rotundo a hacerlo. No me arrepiento (sonríe), pues a la larga todo es para bien y hace que yo duerma muy a gusto... Además, un pequeño secreto: este año después de todo ha sido el que más trabajo he tenido.

Sabemos que el mundo no se divide entre buenos y malos, salvo los que así lo quieren ver, así que .en su trabajo de actor no “todo” el mundo está contra Dios…
No, claro. No es todo o nada. Yo hago lo que puedo, como mucha gente y en la medida de mis posibilidades. Es cierto que me voy encontrando con compañeros que a raíz del vídeo del anterior simposio colgado en youtube titulado “A ti no te pega” o “Vivir en dios”, me dicen: “Santi, muchas gracias por la lección que nos has dado. Nos sirve de ejemplo”. “Nos has hecho ver en el error que estábamos por nuestra cobardía”. Yo no soy un héroe, lo sé. Yo, simplemente intento ponerme en la piel del otro.

Así que me preguntó por qué – a veces- se critica tan ferozmente y por qué tienen tanto miedo a Dios o al bien o a la Iglesia. Será mucho miedo a lo que desconocen y a tanta ignorancia cuando, la mejor forma de tratar con tu enemigo es conocerle...

Por último, que adelantas de tu intervención en el próximo Simposio del 19 y 20 de noviembre en Jaén.
Preparando la intervención del próxima día 20, releyendo los textos de San Josemaría y su relación con los jóvenes me he dado cuenta que es tan evidente lo que dice referente a la juventud, en cómo hacer el camino de la vida, donde hay muchos caminos, tantos como cristianos. Aconsejo a los jóvenes que lean a San Josemaría, que mal no les va a venir. Transmite una energía y un optimismo que te deja embelesado. Y les aconsejo que lo oigan en sus videos, que lo lean y que lo crean. Y ante la duda, que piensen en las personas que siguen sus enseñanzas, si son tan malas como alguno dice.

http://www.youtube.com/watch?v=QiEtH3lBQhw
Más información: www.simposiosanjosemaria.com. Desde esta web se retransmitirá él sábado on line el Simposio, es decir, en directo.
http://www.diariojaen.es/index.php/menujaen/25-notlocales/28154-san-josemaria-reune-en-jaen-a-600-jovenes-de-diez-paises&ct=ga&cad=:s7:f1:v0:d1:i1:lt:e0:p0:t1288870640:&cd=7lYm8mO6I9k&usg=AFQjCNGsn9c29CmgsSOFDeOk3O6R7A9doQ

El Papa hace una propuesta, no una imposición

entrevista de la agencia efe a federico lombardi, portavoz del papa / www.abc.es / lunes 15 de noviembre de 2010

Pedir ayuda para la familia no es una ofensa a nadie»
Afirma que en el vuelo a España el Papa «hizo referencia a los años treinta, pero sin establecer un enlace». Su intención «era expresar el deseo de que no haya choque sino un respeto recíproco»
Pocos trabajos hay tan difíciles y delicados como ser portavoz del Papa. Y sin embargo, el padre jesuita Federico Lombardi es un hombre sereno que realiza con gran acierto la tarea de explicar el mensaje de Benedicto XVI incluso a quienes a veces no quieren entenderlo. En una larga conversación con ABC, este matemático, teólogo, escritor y periodista desgrana las claves del viaje a nuestro país.

¿Cuál es el balance de la visita del Santo Padre a España?
Es un balance muy positivo, que corresponde a las expectativas del viaje. El Papa ha participado en dos actos muy hermosos —el Año Santo Compostelano y la dedicación de un templo extraordinario—, cuyo alcance va mucho más allá de España y se extiende a la Iglesia universal.

¿Y personalmente para el Papa?
Han sido dos momentos que han implicado personalmente al Papa en su espiritualidad y en su vida personal, pues tanto la peregrinación a los lugares de referencia de la cultura y la espiritualidad cristiana en Europa como la síntesis de fe y arte lograda por Gaudí son dos temas que le resultan muy familiares.

Para un Papa amante de la liturgia, la Sagrada Familia tiene un atractivo especial…
Celebrar la dedicación de ese templo extraordinario ha sido, en mi opinión, un punto ideal, culminante del ministerio del Papa como sacerdote, como Pontífice y como maestro de la comunidad de la Iglesia. Es difícil imaginar un momento más expresivo del Pontificado y de los temas de su Pontificado, sobre todo cuando la dedicación del templo se une a la peregrinación.

Algunos no han entendido bien el comentario del Papa durante el vuelo sobre los rebrotes de laicismo. ¿Cuál era el sentido?
El sentido es muy claro, pues son temas que ha tratado ya en viajes a Francia, República Checa y el Reino Unido. El Papa los aborda con una actitud muy positiva, es decir, presentando el servicio que la Iglesia hace con su anuncio como una contribución al bien de la sociedad y de la humanidad de nuestro tiempo. Esta contribución puede, a veces, plantear una dialéctica de tensión, pero se trata de buscar el modo de superarla, con el objetivo de aportar una síntesis positiva a la vida de la sociedad.

¿Conoce el Papa la carga emotiva que todavía tiene el recuerdo de los años treinta?
Benedicto XVI comprende los matices de la historia de cada país, y ha comentado aspectos volando hacia Estados Unidos, hacia Francia, etc. Lo ha hecho también viajando hacia España. Ha puesto de relieve la profunda y riquísima tradición cristiana y la contribución de España al desarrollo del cristianismo, sobre todo en la época moderna con grandes santos como Ignacio de Loyola, Teresa de Ávila y otros. Y ha recordado, con la misma honradez, que ha habido por desgracia tiempos de tensión, con un componente anticlerical o anticatólico que se ha hecho presente a veces con fuerza.

Pero ahora no hay violencia física…
El Papa hizo una referencia a los años treinta pero sin establecer un enlace entre los años treinta y hoy. Ha recordado que también hoy el componente de carácter laicista tiene una presencia dinámica y sensible. Hay elementos de tensión, pero el Papa ha hablado del deseo de que no haya un choque sino un encuentro. Esa tensión debe dar lugar a una síntesis en el respeto recíproco. Esta era, desde luego, la intención de sus comentarios.

¿Se puede decir que miraba al futuro más que al pasado?
Desde luego. El Papa mira siempre hacia delante, consciente de los riesgos y de los problemas. No es un Papa que esconda la realidad. Presenta lealmente las posturas de la Iglesia para que sean claras a sus interlocutores, aunque a veces no sean apreciadas. Y esto lo hace siempre con una intención profundamente positiva, como un servicio a la humanidad, convencido de que tomar en serio las propuestas de la fe cristiana son un bien para la sociedad. El Reino Unido las acogió positivamente. Incluso una sociedad pluralista donde hay perspectivas muy distintas puede reconocer la aportación positiva del magisterio del Papa y de las posiciones de la Iglesia.

¿Es posible que el estruendo político en España sea superior al Reino Unido, y eso dificulte entender el mensaje del Papa?
Tengo la impresión de que el problema de la relación con la política es más difícil en los países donde los católicos son más numerosos. Cuando son una minoría, como en los países asiáticos o incluso en el Reino Unido, el problema ni se plantea pues no se les ve como un elemento que entre en el juego de poder. En cambio en países donde los católicos son más numerosos y la presencia histórica de la Iglesia es mayor se plantean equívocos y malentendidos de la Iglesia como poder de este mundo. Y la discusión sobre las posturas políticas que puedan asumir los católicos se hace más viva. Cuando el Papa propone valores que, humana y culturalmente, tienen consecuencias en la vida de la sociedad, no lo hace en busca de poder ni pretende imponerlos. Es siempre una propuesta, no una imposición.

¿Cuál es la actitud del Santo Padre ante las personas que no comparten sus puntos de vista?
Es una persona extremadamente correcta, con grandísimo respeto y grandísima capacidad de escuchar. El Papa es una persona que, ante todo, escucha. Que escucha antes de hablar. Intenta verdaderamente entender lo que piensa el otro. Es un maestro del diálogo. Al mismo tiempo tiene, naturalmente, sus puntos de vista, a nivel personal y como maestro de la Iglesia. Y considera su deber exponerlos de modo claro, de modo inequívoco, de manera que puedan servir para el diálogo.

¿Puede considerarse ofensivo pedir al Estado ayuda para el matrimonio de un hombre y una mujer con hijos que necesite apoyo?
Absolutamente no. No se puede considerar una ofensa. Es un hecho evidente que la familia vive una situación difícil en la cultura y en el mundo de hoy. Difícil por motivos culturales y económicos muy concretos. Y siendo la familia abierta a la vida la célula fundamental de la sociedad, pedir ayuda es pedir algo que contribuye al bien común. Al mismo tiempo, el Papa deja a la autoridad del Estado regular otras situaciones. Pero pedir ayuda para lo que es y siempre ha sido la célula fundamental de la sociedad no es una ofensa a nadie.

El Papa pide libertad para manifestar la fe cristiana en público, ¿la pide también para las demás religiones?
Por supuesto. Cuando el Papa pide libertad religiosa habla de un principio general que vale para todos pues se basa en el respeto de la persona humana y de su libertad en relación con Dios. Por eso las violaciones de la libertad de las otras religiones es algo que nos afecta y nos preocupa.

¿Le ha impresionado al Papa la presencia de jóvenes en este viaje?
Muchísimo. La presencia de jóvenes era evidente en Santiago entre los peregrinos. Peregrinar suscita entusiasmo entre los jóvenes, y cuando Juan Pablo II revalorizó la peregrinación durante la Jornada Mundial de la Juventud de Santiago, su ejemplo encontró mucho eco. Pero también era impresionante la numerosa presencia de jóvenes en Barcelona, y el entusiasmo con que acogieron al Papa. Es una señal estupenda de que la Iglesia en España se moviliza y mira hacia la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid. El Papa ha manifestado su gratitud a las autoridades españolas, incluido el Gobierno, por la colaboración que está prestando. Es uno de los signos positivos de este tipo de encuentros.

Después del viaje a Valencia en 2006 y el de ahora, Madrid será el tercer viaje de Benedicto XVI a nuestro país. ¿Se está volviendo un Papa español?
No hay duda de que está creciendo mucho el conocimiento mutuo. Cuanto más se está con las personas mejor se las entiende y mejor es la sintonía. Sí, se puede decir que el Papa se vuelve más español a medida que pasa más tiempo en España.

Bastantes personas han descubierto a un Benedicto XVI más afectuoso de lo que pensaban…
Sucede siempre así. El Papa es muy respetuoso, atento y gentil. No hace gestos espectaculares. Pero, sobre todo de cerca, manifiesta una atención, un respeto, una intensidad de la mirada y un interés por las personas que impresiona mucho. Aunque sea un hombre de cultura, un intelectual, no es una persona fría. Es, eso sí, una persona discreta.

¿Cómo sanar las heridas del aborto y del divorcio? Recuperar la esperanza después del error

reportaje de juan meseguer/ www.acepresa.com /viernes 12 de noviembre de 2010

Los partidarios del respeto a la vida y de la integridad familiar son a veces presentados ante la opinión pública como gente que se preocupa más de un puñado de principios morales que del sufrimiento de la gente concreta. Frente a este planteamiento, el libro Aceite en las heridas (1) revela una realidad muy distinta. Las protestas frente a determinadas leyes van acompañadas de soluciones alternativas y de una solidaridad práctica.

Durante los últimos años, los movimientos pro vida y pro familia se han visto envueltos en numerosas guerras culturales: los debates sobre el aborto, las células madre embrionarias, la eutanasia, el matrimonio homosexual o el divorcio “exprés”.

Esto ha llevado a algunos a pensar que estos movimientos no tienen espíritu constructivo. Los pro vida y los pro familia serían en realidad unos reaccionarios; gente con el “no” por delante y sin propuestas para contribuir al bienestar social.

Un empeño afirmativo
Pero no es cierto que esos movimientos sólo sepan quejarse. En general, sus protestas contra determinados proyectos de ley han ido acompañadas de soluciones alternativas. Algo mucho más costoso y útil que ofrecer el expediente del divorcio “exprés” o del aborto sin explicaciones. En el Reino Unido y Australia, por ejemplo, las presiones del lobby pro eutanasia han hecho de catalizador para impulsar un mayor desarrollo de los cuidados paliativos. Ambos países están ahora a la cabeza en la provisión de unidades específicas de paliativos, el acceso a analgésicos o las políticas y fondos públicos destinados a estos cuidados (cfr. Aceprensa, 19-08-2010).

Los movimientos pro vida de 15 países de América Latina han puesto en marcha la Red Latinoamericana de Centros de Ayuda para la Mujer. Las mujeres embarazadas que acuden a estos centros reciben apoyo emocional y recursos prácticos: casas de acogida, ayudas por maternidad, cuidado y transporte de niños, servicio médico, etc.

En España, el Foro de la Familia ha combatido la legalización del aborto, y en cambio ha impulsado el programa RedMadre, una red de apoyo solidario a la mujer en gestación que le ofrece alternativas a la decisión de abortar. Además, ha presentado 50 medidas de política familiar con las que pretende contribuir a fortalecer la familia más allá de planteamientos ideológicos.

Acercarse a quienes sufren
En este contexto afirmativo se sitúa el libro Aceite en las heridas, que recoge los trabajos presentados en el Congreso internacional del mismo título, organizado por el Pontificio Instituto Juan Pablo II de Roma y los Caballeros de Colón.

Desde una perspectiva interdisciplinar, expertos de diferentes países analizan las secuelas que suelen dejar en las personas el divorcio de los padres o el aborto provocado. Al mismo tiempo, presentan iniciativas destinadas a sanar esas heridas a través de la acción pastoral de la Iglesia.

Precisamente fueron unas palabras de Benedicto XVI contenidas en la encíclica Deus caritas est las que sirvieron de inspiración a los autores del libro: “El programa del cristiano –el programa del Buen Samaritano, el programa de Jesús– es un ‘corazón que ve’. Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia” (n. 31).

En el marco de reflexión que ofrece Aceite en las heridas no hay dos bloques ideológicamente enfrentados. Como explica Livio Melina, presidente del Pontificio Instituto Juan Pablo II, se trata de una invitación “a acercarse a las personas que sufren, a apearse del caballo e inclinarse para curar las heridas”.

La adopción de este enfoque no elimina el juicio ético de la Iglesia con respecto al divorcio y al aborto provocado. Pero destaca un mensaje que suele pasar desapercibido: la Iglesia no deja de tender la mano a quienes creen que ya no tienen remedio y les ofrece la esperanza de rehacer su vida.

Salvar los vínculos familiares
La estadounidense Joan B. Kelly, psicóloga clínica del Northern California Mediation Center, se muestra reacia a generalizar sobre los efectos del divorcio de los padres en los niños y adolescentes. Habrá que analizar cada caso concreto, pues ni siquiera los hijos de la misma familia reaccionan igual.

No obstante, a partir de una investigación empírica reciente, Kelly identifica algunos factores de riesgo que conviene evitar. Uno de ellos es la falta de comunicación o las explicaciones telegráficas durante la separación o el divorcio; el estrés y la ansiedad se multiplican si los niños no entienden bien lo que está pasando.

Otros factores que aumentan los efectos negativos del divorcio son las relaciones irascibles entre los padres; la disminución de muestras de afecto hacia los hijos y la menor implicación en sus estudios; la pérdida de la figura paterna; la nueva pareja, que suele recortar el contacto entre padres e hijos; o la inestabilidad económica.

Kelly también hace hincapié en las necesidades relacionadas con la adaptación y el bienestar de los hijos tras el divorcio. “A diferencia de los padres que quieren escindir completamente sus antiguos lazos conyugales, los niños y adolescentes expresan un fuerte deseo de continuar con la implicación significativa de ambos progenitores (suponiendo que sean unos padres adecuados)”.

En la misma línea, Raffaella Iafrate –profesora de psicología social en la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán– insiste en la importancia de salvar los vínculos familiares pese a que haya naufragado la relación conyugal. Tras el divorcio, los padres tienen “la tarea de respetar las raíces del hijo que es siempre fruto de dos historias y de una multiplicidad de vínculos familiares y sociales”.

Si bien puede resultar doloroso, ese empeño por garantizar la cercanía del otro cónyuge ayuda a los hijos a recuperar su confianza en la capacidad de crear vínculos duraderos.

Atender a la fe de los hijos
Elizabeth Marquardt, vicepresidenta para estudios sobre la familia en el Institute for American Values de Nueva York, sintetiza los resultados obtenidos en su investigación sobre el mundo interior de los hijos de familias divorciadas (cfr. Between Two Worlds, Crown, Nueva York, 2005).

La principal conclusión de Marquardt es que lo que más angustia a la mayoría de estos niños y adolescentes es el hecho de “crecer entre dos mundos, forzándoles a dar sentido a la gran disparidad de valores, creencias y maneras de vivir de sus padres”.

A su juicio, esto echa por tierra el mito del buen divorcio; o sea, la creencia de que si los padres se divorcian de forma amistosa evitarán el sufrimiento de los hijos. “La mayoría de los hijos de divorciados reconoce que sus padres no tenían muchos conflictos después del divorcio. Sin embargo, estos niños experimentaron conflictos graves y permanentes entre los mundos dispares de sus padres”.

“Muchos dicen que tenían que ser personas diferentes en el mundo del padre y de la madre. Con frecuencia, sentían la necesidad de guardar secretos, aun cuando sus padres no se lo pidieran. Hablan, constantemente, de sentirse divididos por dentro”.

Para sanar esta herida interna, Marquardt exhorta a las Iglesias a comprender mejor la vida espiritual de los hijos de familias divorciadas. Esto exige, en primer lugar, tratar de hacerse cargo de cómo entienden y sienten determinadas verdades religiosas: especialmente, la idea de Dios como un padre.

Por ejemplo, Marquardt ha descubierto que la parábola del hijo pródigo produce efectos muy diversos entre los hijos de familias intactas y los de familias divorciadas. Mientras que a los primeros les deslumbra el amor incondicional del padre, para los segundos, la historia del hijo pródigo es la historia de los “padres pródigos”.

Según Marquardt, para que la fe y la relación con Dios lleguen a ser una fuente de sanación espiritual y de alegría –en algunos ya lo es– es preciso conocer bien el mundo interior de los niños y adolescentes (siempre que éstos den entrada, claro).
_________________________
(1) Livio Melina y Carl A. Anderson (eds.), Aceite en las heridas. Análisis y respuestas a los dramas del aborto y del divorcio. Palabra. Madrid (2010). 280 págs. 18 €.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Siempre he sido un simple profesor. [Nueva biografía de Benedicto XVI. Editorial Planeta]

Noticia de laura danielle/ www.abc.es / domingo 3 de octubre de 2010

¿Podemos saber quién es en realidad Joseph Ratzinger?

A un mes de su visita a España, una singular biografía descubre la trepidante carrera de una de las personas más influyentes del mundo
No fuma, no bebe y necesita dormir muchas horas por la noche. Es rutinario, tímido y antes de llegar a ser el líder de la Iglesia católica viajaba en clase turista. Nunca tuvo entre sus metas cargos de poder y su mayor aspiración era poder escribir algún día una gran obra teológica. Su padre era policía rural y a su madre siempre le gustó la cocina.

Entre sus postres preferidos el Papa siempre recuerda la tarta de manzana o el «Kaisserschmarrn», un dulce típico austriaco. A pesar de ser muy diferente a Juan Pablo II, se entendieron muy bien desde el principio y pronto pasó a ser su amigo de confianza, su soporte y años después su sucesor. Pero, ¿podemos saber quién es en realidad Joseph Ratzinger?

Esta incógnita, que comparten miles de fieles en todo el mundo, se ha convertido en un gran desafío para Pablo Blanco Sarto, un joven sacerdote que imparte clases de Teología en la Universidad de Navarra. En su último libro, «Benedicto XVI. El Papa alemán» (Editorial Planeta), que saldrá publicado el próximo 6 de octubre, a pocas semanas de la peregrinación del Santo Padre a Santiago de Compostela y de su visita a Barcelona para consagrar el templo de la Sagrada Familia, Blanco propone, a través de una lectura amena y dinámica, abordar «desde la sintonía y la simpatía» el pensamiento y también la historia personal del Santo Padre. «El mejor modo de conocer a una persona —señala— es sintonizar con ella, no tener una mirada inmisericorde sino cercana. Yo me he dedicado a estudiar el pensamiento de Ratzinger y creo que he conseguido entender lo que hay dentro de su cabeza, su visión de los problemas de la Iglesia y del mundo».

Pedagogía y ecuanimidad
Después de diez años de trabajo, y de conocer de primera mano los lugares donde el Papa nació, estudió y pasó gran parte de su vida, este profesor ofrece una biografía hecha de los mejores retazos de la amplia documentación y testimonios que existen sobre la personalidad y las ideas de Joseph Ratzinger, entre las que también se incluyen las impresiones y recuerdos del propio Pontífice a través de algunos de sus escritos más personales.

A modo de un gigante rompecabezas, el autor ha logrado ordenar las piezas con gran pedagogía y ecuanimidad. «Donde hay más información y documentación —explica— es justamente de la primera época de su vida. Conforme nos vamos acercando a nuestros días hay más volumen de información pero menos contrastada. Tienes que seleccionarla mucho mejor, ver lo que te cuadra con el personaje de lo que es puro comentario, alabanza o crítica sin más. He intentado armar el rompecabezas con las piezas que iba teniendo, siguiendo ese hilo conductor que es conocer la personalidad, las ideas de Joseph Ratzinger, es decir, el personaje con sus contrastes, sus luces y sus sombras». El resultado es sin duda interesante.

El gran trauma del nazismo
Entre las experiencias más sorprendentes de sus años de investigación, el autor destaca la marca que dejó el nazismo en la sociedad alemana y en el propio Santo Padre. «Descubrir la tragedia profunda que tienen los alemanes con este tema y la labor de oposición y de lucha que tuvo el cristianismo frente al nazismo —apunta— fue muy interesante». El caso de la familia de Ratzinger fue además «clamoroso», añade.

En el relato, Blanco recupera un recuerdo familiar del Papa de aquella época: “Más adelante se alojaron en nuestra casa dos miembros de las SS (...) Mi padre no pudo evitar verter sobre ellos toda su ira contra Hitler, lo cual habría equivalido normalmente a una condena a muerte. Pero parecía que un ángel de la guarda velaba por nosotros, pues ambos desaparecieron al día siguiente, sin causarnos desgracia alguna”.

El libro recoge también momentos más dulces como los paseos con su padre durante los veranos, la sencilla vida familiar o los días en el seminario menor en los que se le daba mejor los libros que el fútbol: “Estaban previstas todos los días dos horas de deporte en el enorme campo de deportes de la casa. Esta circunstancia llegó a ser para mí una verdadera tortura, ya que no estoy lo que se dice especialmente dotado para el deporte. Tengo que decir, no obstante, que mis compañeros eran muy tolerantes conmigo”. De los primeros pasos de lo que sería una imparable carrera eclesial, el autor rescata el día de su ordenación sacerdotal, «el más importante de su vida», en junio de 1951, o su incorporación a la curia vaticana cuando fue creado cardenal por Pablo VI: “Yo había sido tantos años un simple profesor, muy alejado de la jerarquía de la Iglesia, y no sabía cómo comportarme, y me sentía poco a gusto en aquel ambiente. A pesar de que me sentía demasiado poca cosa, el Papa fue muy bueno y me animó”.

Dios y el diablo

articulo de diego jordá / www.diariomalagahoy.com /sábado 16 de octubre de 2010

Uno de los mineros rescatados en la mina del desierto de Atacama chileno dijo una frase que me llamó la atención: "Estuve con Dios y estuve con el diablo. Me pelearon y ganó Dios". El minero se llama Mario Sepúlveda, y según parece fue quien mantuvo vivo el ánimo de sus compañeros dentro de la mina. Pero lo que me interesa es su frase, una frase casi bíblica, como de predicador trastornado, que es en realidad lo que era este hombre cuando salió de la mina. Conozco el desierto de Atacama, que me parece uno de los lugares más bellos del mundo, aunque a Mario Sepúlveda le debe de parecer uno de los lugares más deprimentes que existen. Y entiendo su frase sobre Dios y el demonio, porque allá, en el desierto, las fuerzas elementales parecen ser las únicas que existen, las únicas reales, las únicas que pueden decidir el destino de una vida.

¿Habría dicho esta frase uno de nuestros mineros, si hubiera sido rescatado tras pasar dos meses bajo tierra? Lo dudo mucho. Esta clase de frases ya han desaparecido de nuestro vocabulario, e incluso de nuestra forma de entender la vida, aunque siguen existiendo en muchos lugares de América Latina. No sé por qué, pero en Latinoamérica hay una mayor cercanía al poder expresivo de la lengua, con toda su carga de significación simbólica, y eso es algo que aquí ya se ha perdido o que hemos dejado perder. Y eso explica que un latinoamericano sin apenas preparación ni estudios pueda expresarse mucho mejor -es decir, con mucha más emotividad y claridad de ideas- que muchos de nuestros políticos e intelectuales y técnicos más cualificados. Podríamos hacer la prueba. Y si uno de nosotros sobrevive a un accidente, o se salva de milagro de una situación desesperada, lo más previsible es que diga alguna banalidad sin mucho sentido, o una simple interjección, o una de esas muletillas que no significan nada ni revelan nada de nosotros, como el famoso "El fútbol es así", ahora ya convertido en un compendio de filosofía práctica.

Y lo malo es que la misma atonía moral y la misma simpleza emocional se van extendiendo a todos los órdenes de la vida, desde la política a la vida sentimental o el lenguaje de los sms. Y parece que ya no nos pasa nada que no se pueda resumir en una fórmula inocua, apenas nada más que un desahogo o un bufido de alivio. Por eso me ha gustado la frase de Mario Sepúlveda, porque si algo puede describir lo que uno siente cuando se ha pasado dos meses enterrado en una mina, sin saber si alguna vez iba a salir de allí, tiene que haber sido algo muy parecido a un combate entre Dios y el diablo. Y no lo digo en términos religiosos, sino como la única forma de describir la angustia y el miedo que Mario Sepúlveda, y todos sus compañeros, han sentido ahí abajo. Bienvenidos a casa.

Los mineros y Dios

Comentario de diego contreras / www.laiglesiaenlaprensa.com /jueves
14 de octubre de 2010

Hay un modo de hablar también en este blog del extraordinario rescate chileno de los 33 mineros que pudieron ver la luz después de pasar 69 días atrapados a casi 700 metros bajo tierra. El ángulo es repasar cómo las noticias se han referido al papel que ha jugado la fe –concretamente, la fe cristiana- en este dramático evento.

La constatación es que han sido muchas las referencias a Dios en los relatos del rescate, cuando las crónicas se hacían eco de las mismas palabras de los mineros que iban saliendo a la superficie. El País ofrece una amplia cita de uno de ello, Mario Sepúlveda. Otros diarios -como ABC o El Mundo, por limitarme a la prensa española- han dejado este aspecto, sin duda importante, en un segundo plano, o apenas lo han mencionado. En este caso, pienso que desde el punto de vista periodístico eran pertinentes esas menciones, pues forman parte de la noticia. Pero ya se sabe que son dimensiones que se tienden a censurar inconscientemente.

Las referencias a Dios no fueron solo de acción de gracias al salir del túnel, sino como algo que explica de algún modo lo sucedido durante todo el periodo. Algunos medios como la CNN subrayan que "La esperanza y la fe mantienen a los mineros después de meses bajo tierra". El canal de televisión norteamericano ofrece asímismo las declaraciones del minero Mario Sepúlveda. También el semanario Time alude a la perspectiva religiosa del evento: "El rescate de los mineros chilenos: circo mediático y revival religioso".

The Guardian, por su parte, ofrece una perspectiva diversa. Publica una crónica en la que afirma que el caso ha provocado una "rivalidad" entre diversas confesiones cristianas para recibir los créditos por el milagro... En realidad, si uno lee el texto, no llega a la misma conclusión que el diario inglés. Tal vez, les parecía que la inclusión de la dimensión religiosa necesitaba de algún ingrediente polémico...

Los debates públicos controvertidos deben girar en torno a la justicia

entrevista de juan meseguer a joseph weiler, judío, catedrático de derecho de la new york university / www.aceprensa.com /miércoles 13 de octubre de 2010

El profesor estadounidense Joseph Weiler, de religión judía, se ha hecho famoso por defender las raíces cristianas de Europa en foros muy diversos: desde su cátedra de la New York University hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Le hemos entrevistado con motivo de su investidura como doctor honoris causa por la Universidad CEU San Pablo en Madrid.

En nombre de la laicidad, algunos argumentan que los ciudadanos deben prescindir de sus convicciones religiosas cuando estén en la esfera pública.Es curioso. A nadie se le ocurre decir lo mismo sobre las convicciones políticas. Los socialistas o los liberales quieren ser socialistas o liberales también en el espacio público. Y es lógico. Entonces, ¿por qué se exige prescindir de las creencias religiosas?

En sociedades multiculturales, lo razonable es que todos podamos expresar libremente nuestros puntos de vista (religiosos o no) y escuchar a los demás con respeto.

Quienes pretenden relegar la religión a la vida privada no son neutrales. Esa falsa laicidad no puede ser neutral. ¿Cómo va a serlo si uno puede discutir en público sobre el marxismo o el capitalismo, pero no sobre la religión?

Si alguien dijera: “Pueden comparecer en la esfera pública todos los ciudadanos, salvo los que tienen ideas socialistas o liberales”, los demás pensaríamos que eso es una discriminación. Por el mismo motivo, no se puede excluir a los creyentes.

¿Qué rasgos debería tener, a su juicio, la auténtica neutralidad?La auténtica neutralidad es respetar todos los puntos de vista y no tomar partido por uno en particular. Pero eso no significa abstenerse de reconocer la importancia del hecho religioso en la vida social.

Puede haber un Estado laico que, por razón de la laicidad, decida no financiar un colegio católico. Si lo hiciera, piensa, dejaría de ser neutral. Pero ésta es una interpretación discutible. Holanda también es un Estado laico. Y su actitud es muy distinta: financia tanto un colegio laico como uno católico, musulmán o judío.

Holanda está siendo verdaderamente neutral, al no tomar partido. En cambio, el Estado que decide financiar sólo a los colegios laicos y se desentiende de los confesionales, no es neutral.

La religión es razonableEn su reciente discurso en Westminster Hall [cfr. Aceprensa, 20-09-2010], Benedicto XVI sostuvo que es necesario entablar un diálogo profundo entre la religión y la política, entre el mundo de las creencias religiosas y el mundo de la racionalidad secular? ¿Qué le pareció el discurso?Creo que Benedicto XVI acertó plenamente. Desde hace al menos dos siglos, algunos vienen repitiendo que la fe es irracional. Y luego añaden con condescendencia: “Como vivimos en una sociedad liberal, cada cual es muy libre de creer y pensar lo que quiera. Usted puede creer en Dios si lo desea, pero sepa que no se está moviendo en el terreno de la razón”.

A quienes piensan así, Benedicto XVI les recuerda que no es honesto dar por sentado que todo lo que afecta a la fe es irracional mientras que lo que no se refiere a la fe es razonable por principio. [Nota del editor. Por ejemplo, basta con pensar cómo los excesos en una exclusiva la razón han conducido a la utilización de la bomba atómica o a la creación de campos de concentración contra la misma persona]

Al mismo tiempo, su discurso es un llamamiento a los creyentes para que no se autoimpongan el mensaje de quienes desean silenciar la voz de la religión, presentándola como irracional. Finalmente, es una lección de coraje al hacer hincapié en el papel purificador de la razón respecto a la religión.

La perspectiva de la justiciaBuena parte de los debates públicos que hoy se plantean en torno a la vida o el matrimonio acaban pareciendo enfrentamientos entre creyentes y laicos. ¿Está de acuerdo con este enfoque?Creo que es un error plantear así las cosas. La libertad religiosa es el derecho más fundamental de todos los derechos. Entre otras cosas, esta libertad supone el derecho de decir ‘no’ a Dios; el derecho a no ser una persona religiosa. Si alguien se opone al aborto o al matrimonio homosexual sólo por razones estrictamente religiosas, entonces no puede imponer su postura a los demás. Porque las convicciones religiosas no se imponen.

Los debates públicos controvertidos tienen que basarse en el patrimonio común de la razón. En otras palabras, deberían girar en torno a valores comunes sustentados en la justicia.

Por otra parte, los planteamientos que sólo se basan en la perspectiva de los derechos individuales me parecen insuficientes. A los derechos fundamentales hay que añadir las responsabilidades fundamentales de cada uno con los demás y con la sociedad.

domingo, 10 de octubre de 2010

Sacerdotes casados y no casados defienden el celibato

noticia extraída de aceprensa.com/fuente www.news.sky.com / miércoles 15 de septiembre de 2010

Con motivo del viaje de Benedicto XVI a Reino Unido, la cadena de televisión inglesa Sky News (14/09/10) reúne tres testimonios para profundizar en el concepto del celibato de los sacerdotes.

Según la cadena de televisión inglesa, es un secreto a voces en la comunidad católica que algunos sacerdotes mantienen relaciones con mujeres y por ello se pregunta si el matrimonio es la solución.
“Paparruchas”, responde un hombre que lo sabe bien, un sacerdote católico casado, porque los hay.

El sacerdote Martin Flatman se encuentra entre los ex pastores anglicanos conversos al catolicismo después de casados y admite que tiene que hacer malabarismos porque su situación es muy exigente. “Es muy difícil porque uno ha contraído matrimonio y tiene que ser fiel a su esposa y a su familia. Un sacerdote célibe puede dedicar todo ese tiempo a la parroquia y a la gente”.

La mujer del sacerdote, Frances, reconoce que se dan muchas tensiones porque todo el mundo quiere una parte de su marido. “Hay momentos en los que una necesita el apoyo de su esposo y algunas veces él no puede estar contigo. Esta situación puede llegar a ser estresante”.

Tanto Flatman como su mujer piensan que permitir a los sacerdotes contraer matrimonio puede causar más problemas de los que en realidad resuelve –sin tener en cuenta las implicaciones económicas que supone mantener una familia. También van más allá y piensan en qué vendrá luego: ¿discusiones matrimoniales, separaciones, divorcios de sacerdotes?

Por otro lado, el sacerdote Stephen Wang señala que para él el celibato ha sido enormemente liberador. “El hecho de no tener familia me permite dedicarme por entero a la labor de la Iglesia. Incluso si fuera una cuestión opcional escogería el celibato para mi vida de sacerdote”. Según Wang, la mala imagen del celibato se debe a que la gente no piensa más allá de la falta de sexo y no tanto en cómo el estilo de vida que uno lleva ayuda a responder a las demandas de su vocación.

“Significa que te pueden llamar por teléfono a las tres de la madrugada para atender a alguien en un hospital”, explica, “que puedes estar durante días al lado de alguien que se está muriendo o que tu obispo puede trasladarte allá donde hagas más falta. Si eres célibe puedes responder a todas estas necesidades incondicionalmente, sin los problemas y preocupaciones que tiene la vida de una familia”.

Mientras los testimonios de los sacerdotes (casados y no casados) son favorables al celibato, la profesora de teología Tina Beattie, dice del celibato que es una práctica un poco desfasada. “Es una tradición histórica que se remonta a la edad media y tuvo más que ver con la defensa de las propiedades de la Iglesia y cuestiones de esa naturaleza que con la propia esencia del sacerdocio”. Sus compañeros de reparto en la cadena no piensan lo mismo.

Ay, ay, ay

Artículo de jose francisco sanchez / revista nuestro tiempo Numero 664 septiembre octubre 2010/

Hace año y medio conté en una columna la curiosa historia de una mesa redonda que moderé en el 2001 ó 2002: “El tema era la gripe. Fui dando la palabra a los cuatro médicos que me acompañaban en la tribuna ante un público de unas ochenta personas. Terminada la primera ronda de intervenciones, comenté un poco asombrado: ‘Han dicho que este año hay la misma gripe de siempre e incluso alguno ha llegado a afirmar que hay menos que nunca. Sin embargo, los telediarios abren desde hace varios días con imágenes sobre hospitales congestionados por la epidemia de gripe…’ Silencio. Ninguno de los ponentes decía nada. El que se sentaba a mi derecha me dijo en voz muy baja, escapando del micrófono: ‘Relenza’. Me asusté. Y sin tener en cuenta la prudencia de mi interlocutor, dije: ‘¿Me están diciendo ustedes que esto es una gripe mediática?, ¿un montaje para lanzar un nuevo medicamento?’ Asintieron con la cabeza. El Relenza, uno de los antivirales que ahora se prescriben para la gripe porcina, mexicana, nueva, o Ah1n1, acababa de salir al mercado. De aquella supuesta epidemia de gripe no se supo más”.

Con tal columna, publicada el 2 de mayo del 2009, inicié una especie de batalla contra el modo en que se estaba gestionando la comunicación referida a la llamada gripe A. Pasado el tiempo, parece que todas las tesis se confirman: la gripe no era para tanto, se ha probado el entendimiento entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y una parte de la industria farmacéutica y se ha demostrado que el periodismo ha sido incapaz de defender a sus audiencias frente a estrategias de comunicación perfectamente diseñadas y globales. Sin contar la debilidad de los propios gobiernos, que tuvieron reacciones atemorizadas o cómplices, carísimas para el erario público y, quizá, para la salud de los gobernados: por lo visto, en los países que evitaron las vacunaciones masivas, como Polonia, hubo menos muertos.

La farmacéutica es una industria clave en nuestro sistema, y no sólo en el económico. Sin embargo, una parte de este sector ha demostrado muy pocos escrúpulos en el último medio siglo. Quizá fueron los primeros en entender a fondo las ventajas de una acertada comunicación estratégica, y como consecuencia, más que a la promoción directa de sus productos, se han orientado a la intervención en el discurso cultural. Para ello han recurrido a muy diversos procedimientos: desde la creación de lobbies con apariencia de institutos de investigación hasta la financiación de sociedades médicas.

Nadie lo dice, pero el alarmismo demográfico característico de los años setenta, ochenta y parte de los noventa tiene ese origen, con la ventaja de que encajaba bien con las llamadas posiciones “progresistas” en materia de moral. Todavía guardo un editorial publicado por El País en marzo de 1990 y titulado “Dos hijos”. El discurso era el de siempre: caminábamos hacia una catastrófica superpoblación y había que planificar y controlar los nacimientos. Las cifras que facilitaba, vistas veinte años después, resultan grotescas, falsas y ridículamente exageradas. Pero vale la pena releer los argumentos finales, característicos de una moral totalitaria, en los que se recogen propuestas como “limitar la libertad de procreación”, con el agravante de que, por el contexto histórico y textual del artículo, se deducía que eso habría que exigírselo al tercer mundo, ya que en España estábamos muy por debajo de la tasa de dos hijos por pareja ¿De dónde procedían esos argumentos? De un informe del CCP. Si lo buscan en la red, verán que ahora se llama Population Action International y se dedica, principalmente, a “la salud reproductiva”, nuevo mantra progresista, una vez agotado el argumento de la superpoblación. Por lo demás, el antiguo CCP como el actual PAI actúa como un lobby de… ¿adivinan quién?

A veces pienso que la moral occidental está en manos de la industria farmacéutica, a la que quizá debamos, por papanatas, la tremenda, casi irrecuperable crisis demográfica que padecemos, además de otras pérdidas graves.

Come, reza, ama

crítica de cine de Fernando gil delgado/www.aceprensa.com/ martes 28 de septiembre de 2010

Director: Ryan Murphy /Guión: Ryan Murphy y Jennifer Salt, basado en las memorias de Elizabeth Gilbert. Intérpretes: Julia Roberts, James Franco, Billy Crudup, Javier Bardem, Richard Jenkins. 140 min.

Come, reza, ama es el título de un libro de memorias de Elizabeth Gilbert, que tuvo una excelente acogida en Estados Unidos, y cuenta cómo esa mujer deja todo: casa, fortuna, marido, para encontrarse a sí misma. El libro, dicen, es ágil e ingenioso. La película se queda en las anécdotas.

Un buen día Liz Gilbert (Julia Roberts) descubre que está aburrida con su existencia, y pide el divorcio a su desconcertado marido. Descubriendo su nueva soltería, tiene un affaire con un joven actor (Jess Franco) al que deja poco después. Finalmente decide que para encontrar la paz debe cambiar de aires, y organiza un año sabático con tres paradas: Italia, India y Bali. En Italia aprenderá el idioma, la cultura del dolce far niente y el placer de la buena comida. En la India, aprende disciplina y meditación. En Bali encuentra la paz interior y vuelve a amar.

Si las cosas sucedieron así, habrá que dar a Liz Gilbert el premio a la mujer más afortunada del mundo, que puede viajar a placer, gastar sin medida y que encuentra a su paso cohortes de gente encantadora dispuesta a echarle una mano siempre que lo necesite. Pero no ha tenido suerte con la película.

Obviamente, Julia Roberts era la persona ideal para darle vida, pero la dirección es lamentable, la película acumula anécdotas sin orden, concierto ni medida, ni más propósito que fotografiar a la actriz con todo tipo de vestuario, peinados y fondos, y hay muchos en un viaje alrededor del mundo. Julia Roberts es una gran actriz y es muy fotogénica, pero ciento cuarenta minutos en pantalla terminan por cansar. Sólo hay un gran momento, cuando Richard Jenkins le da réplica en la India. Javier Bardem es un mero comparsa que aparece al final para bailar con ella y besarla (mejor no hablar de sus diálogos).

En definitiva, una descarada novela rosa con un toque místico tipo New Age.

[Una buena persona es fácil de encontrar]. Dragones interiores, una granada desactivada

reportaje de ismaelmartínez sanchez / www.ideal.es / martes 5 de octubre de 2010

Muchos piensan que las corbatas las diseñan los italianos, las visten los españoles y los franceses las copiaron. Algunos saben que los creadores fueron los croatas, pero muy pocos saben hasta dónde se puede apretar el nudo en la antigua Yugoslavia

Paciencia Darko, paciencia. Estoy agotado, exhausto, nervioso. Sí, no hay prisas ni tiempo en esta habitación. Ni un mal botellín de Fernetgorak. Parezco un animal camino del matadero. Somos 16 prisioneros intentando sobrevivir en un espacio de 8 metros cuadrados. No es una excursión, ni un viaje de placer. Estamos al comienzo de una posible guerra, de la que formamos parte como rehenes. Mercancías para intercambiar o desahuciar. «Pero debo vivir -me digo-. Te esperan en casa. Has prometido un paseo en bicicleta a tu hijo».

La promesa es simplemente un sueño pues, ¿qué importa si no soy una persona en la oscuridad de este zulo? Hemos andado 50 kilómetros en tres noches a punta de pistola. Así que intento cerrar los ojos y cortar los miedos gigantes que produce la imaginación. Los dos heridos duermen. Deliran en el suelo. El hueco de un ladrillo vacío sobre el muro es la única ventilación y el sudor empapa el uniforme. Arrastro el pie unos centímetros en la baldosa para evitar los calambres. Giro la nuca. La mandíbula se abre y cierra demandando oxígeno. En esta situación mi orgullo reside en haber estado en el lugar oportuno. Soy un policía croata de 26 años que vive un conflicto político donde todo es violento.

El 25 de junio de 1991 Croacia se ha declarado independiente del ficticio Estado yugoslavo, formado por distintas culturas, etnias y religiones. Esa misma noche el Ejército Popular Yugoslavo se ha desplegado por Croacia. Cuatrocientos militares irrumpen con artillería ligera en Glina, mi ciudad, localidad de 25.000 habitantes. Los edificios oficiales son asaltados. No hay preguntas, sólo ráfagas de disparos de las tropas yugoslavas. Arde la comisaría. El camarada Tomislav no ha tenido suerte. Muere por ser croata. Y por ser policía.

Amanece.
-«Vamos, vamos, salgan con los brazos en alto. Miren al suelo. Entren en el furgón», gritan desde fuera.
Siendo un niño también madre venía al amanecer. No gritaba, sugería.
-«Vamos, son las 5.30 de las mañana. Darko, tenemos que vender leche en el mercado».

Entonces ignoraba el sufrimiento, pues las horas eran para trabajar. Esa fue mi infancia. Aprendí a pasear en la soledad del horizonte hasta que conocí a Katica, aquella chica de mirada fuerte que observaba mi adolescencia. Con 20 años nos casamos y la mujer de mi vida me ha dado dos hijos: Marin tiene seis años y Martina uno. «¿Seguirán vivos los tres? Si existes, Dios, hazme fuerte».

La banalidad del mal
«Vamos Darko, rápido. Entre ya.», grita el carcelero. El furgón avanza 240 km por carreteras tortuosas hasta Knin, sede de la Armada Serbia en Croacia, en la costa dálmata. Aquí nos espera el campo de concentración, una fortaleza militar. El guardián ríe mientras nos quitan la ropa. No debo levantar la cabeza, ni hablar con otros prisioneros aunque, si agudizo el oído, descubro chasquidos, susurros imperceptibles.

El régimen es de adelgazamiento: agua mezclada con té y sobras de los carceleros. Son las únicas comidas. Durante el día limpiamos baños y letrinas; recogemos restos de basura, papeles o piedras. La canícula y la humedad del mar provocan deshidratación.

Enloquecemos por agotamiento. Así que no me importa cuando los carceleros nos ponen la pistola en la sien. Intuyo que soy como un muñeco troceado al borde de camino, con una casa muy lejana y una mujer que no puede oír los quejidos de mis tres costillas rotas. Y aunque he perdido también los dos colmillos, el dolor de mis dientes es moral. Aislados de noticias exteriores me consumo en pensamientos: «¿Para qué huir?».

Entre los carceleros, Neso Bijelic es el camarada de Satanás. Alto y frío, de andar torcido y pupilas en alcohol, escruta continuamente mis pasos. Neso Bijelic sabe que los gritos y las risas me producen desequilibrios. Para él cualquier excusa justifica un golpe. La banalidad del mal está en el alejamiento de la realidad, en la irreflexión.

Al calor del día, Neso Bijelic, con sus pasos torpes pero decididos, ha puesto su bayoneta sobre mi cuello y el pavor en mis ojos. Jadeante, me doblo sobre la pared. Desconozco los segundos que el cuchillo ha descompuesto el interior de mis ojos y mi estómago. ¡Aj.Dios! ¿Por qué me haces ver la faz del mismísimo diablo? Esta locura me enerva. Sé que no debo, que no puedo. El mal violenta mi ser y juro que le mataré si salgo vivo de esta cárcel.

La Cruz Roja realiza gestiones desde nuestra llegada a Knin. Últimamente hemos oído pasos nerviosos por los pasillos y, aunque la imaginación es mortificante, la ignorancia es una pequeña felicidad que se rompe bruscamente por carceleros que entran a la celda. Pasillos y gritos nos empujan hacia un furgón. Desistimos de ofrecer resistencia, pues hace tiempo que obedecemos como autómatas. «Un bosque, un disparo, una fosa. Ojalá acabe pronto».

Me dicen que para llegar al cielo debes cruzar un purgatorio. Pero yo procedo del infierno. Subir en autobús, contemplar un rostro y ver al fin una sonrisa es un nuevo paraíso. Agotado, nos trasladan a un punto seguro donde la Cruz Roja nos confirma lo que intuíamos durante los dos meses de cautiverio: la guerra se ha extendido por todo el país.

-«¿Y mi familia? Señor Darko, la ciudad de Glina ha sido arrasada, pero algunas familias han huido. Señor Darko, me alegra decirle que su familia ocupa un lugar entre los vivos».

Los ojos me brillan. Tras varias horas de viaje mi mujer e hijos esperan en la puerta del autobús. Los niños (jamás los vi tan limpios y elegantes) se agarran a mis pies y brazos. Katica mantiene las manos en la cara. Sólo desea que sea su marido y no un espectro. Dodite k meni svi koji ste izmoreni i optereceni (venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, leía de niño en el templo). Marin me tira del pantalón mientras le beso. «Papa tengo la bicicleta, tengo la bicicleta. ¿Cuándo me enseñarás a montar?» «Cuando volvamos a casa, hijo. Cuando volvamos a Glina».

Las primeras noches deambulo con alucinaciones y despertares bruscos entre el deseo de acudir al frente o permanecer junto a mi familia. Katica lo entiende. Conoce que soy un patriota sin nacionalismos que ama la tierra de sus padres y. que aquella bayoneta me ha perforado el corazón. Por eso, sólo su serenidad, sus besos y abrazos me confortan con la humanidad perdida.

-«Cariño, intenta olvidar. Hemos de recuperar la confianza en los otros. Nadie puede herirte sin tu consentimiento», me dice.
-«Sí, lo sé. En el campo de concentración aprendí que lo que no mata, fortalece. Alguien dijo que la fuerza está en la cabeza, no en el cuerpo». Katica sonríe dulcemente mientras contempla la delgadez de mi estómago sin arrugas..
-«Me alegra que el odio no entre en esta familia», apunta Katica.

¡Aj me!
Entre 1991 y 1995 hay continuos avances y retrocesos en la guerra serbo-croata. Con la aprobación familiar me alisto en el Ejército. Dos meses confinados en Knin valen como cuatro años de contienda pero, con la operación militar Oluja en agosto del 95, estamos ya cerca del final, cerca de Glina. Las horas nocturnas se suceden con mi subfusil AK-72 y revivo mi infancia: el lugar donde aprendí a fumar, la habitación donde velamos a mi padre, el campo de fútbol donde jugaba de lateral izquierdo. Mi cuerpo aletargado en el uniforme azul, gastado y sucio, espera la segunda liberación de mi alma. La respuesta definitiva.

El 6 de agosto llegamos al pueblo. El recuerdo de Knin nubla mi mente, pero a diferencia de aquella cárcel, no habrá alambradas en mi jardín. Deseo correr campo a través, pero las minas obligan a caminar por la carretera. Hay cascotes y piedras en las calles. Rescoldo de casas incendiadas, metralla en los edificios. El sudor frío recorre mis brazos. Aumentan las pulsaciones.

-«Tranquilo Darko, tranquilo, ya queda menos».
Me arrodillo. Al frente del camino se levanta una estructura de paredes. Nada más. Una carcasa con escombros y maleza. 'Aj me!' (¡Ay de mí!). Han cortado el árbol. pero aquí siguen mis raíces. Prometo que brotarán ramas con la fuerza de mis hijos».

El 15 de agosto de 1995 capitula el Ejército Popular Yugoslavo. La guerra ha terminado. Comienzan las discusiones sobre cifras de muertes, emigrados y damnificados. Glina pasa de 25.000 a 9.000 habitantes. Muchos han muerto y numerosos serbios han sido obligados a regresar hacia Belgrado, la madre patria, ya sea por miedo a represalias croatas, ya sea por las represalias serbias de Milosevic.

En abril de 2000 comienzan los juicios por crímenes contra la humanidad en la antigua Yugoslavia. Junto a otros altos dirigentes, el 14 de noviembre el carcelero de Knin, Neso Bijelic, es acusado y sentenciado a cinco años de prisión.

Glina, en la actualidad
Agosto de 2010. Darko Kauric fuma cigarrillos Rothschild expirando el humo y dibujando chimeneas en esa boca sin colmillos por la que intenta sonreír la vida. Darko ha reconstruido su casa y ha montado un pub, donde se encuentra sentado. «A mis vecinos serbios -a la gente de a pie- sólo puedo desearles suerte en la vida. Me gustaría que muchos puedan regresar y habitar sus casas abandonadas de Glina. Aquí cabemos todos. Entiendo que en la guerra, en medio de la oscuridad, es difícil navegar entre los mares del odio o la ideología, pero cuando parece que todo está perdido, siempre tienes la posibilidad de retomar el rumbo del perdón y de volver a casa».

-«Bueno usted ha ganado», le inquiere alguien. «¿Qué es ganar? No hay propiamente vencedores ni vencidos. Todos hemos perdido algo en el camino. Todos, yo también tengo dragones interiores. Tengo el recuerdo de una bayoneta contra la que luchar. Y sé que la justicia juzga el pasado pero yo -aunque me desespere- intento mirar al futuro. Sólo tengo una vida y no debo malgastarla en la espiral del odio y el rencor», asiente Darko mirando a su mujer.

El sol también aprieta al presidente de la República de Croacia, el socialista Ivo Josipovic, que visita Glina esta mañana. Numeroso público y medios de comunicación siguen expectantes la comitiva, como el hijo de Darko. El pequeño Marín es hoy un joven de 26 años empeñado en «otra guerra»: dirigir un campo de trabajo con universitarios extranjeros. «No somos pobres, pero toda ayuda será buena para Glina», le anima el alcalde que visita junto al presidente este grupo de 45 estudiantes italianos, españoles y croatas que pintan la escuela pública y colaboran con la Cruz Roja. Algunos como Axel Godoy han recorrido 2.300 kilómetros en coche desde Granada con la Asociación Alayos, club promovido por personas de Opus Dei. «Hacemos lo que podemos», dice Axel al presidente, quien agradece el gesto mientras la comitiva avanza.

Darko, con su cigarro entre los dedos, camina tranquilo. «No deseo dragones en mi vida», se repite. «He aprendido a perdonar porque me han enseñado a querer».

Más información:
www.opusdei.es
www.ideal.es/granada/v/20101005/sociedad/dragones-interiores-granada-desactivada-20101005.html
https://docs.google.com/leaf?id=0ByfFMNe8upjNYjc0ZDc3YTktYWE2Ni00ZGI5LTllZjItY2E0ZjdmYzEyMTA2&authkey=CK-UwPwJ&hl=en

Patricia Neal, Gary Cooper y el recuerdo del hijo que no nació

Comentario de diego contreras / www.laiglesiaenlaprensa.com /jueves
11 de agosto de 2010

Hace un tiempo falleció Patricia Neal, ganadora de un Oscar a la mejor actriz en 1964 por su interpretación en la película “Hub”, con Paul Newman (foto). Pocos meses después de recibir el Oscar, Patricia sufrió varios infartos cerebrales que la mantuvieron tres meses en coma. Salió, pero tuvo que volver a aprender a hablar y a caminar. Le ayudó mucho su marido, el escritor Roald Dahl (quien en 1983, y después de cinco hijos y treinta años de matrimonio, la abandonaría por una mujer más joven). Otro drama familiar fue la muerte de una hija de siete años y el accidente de otros hijo de pocos meses, que le produciría una lesión cerebral permanente.

La actriz es conocida también por haber mantenido, a finales de los años cuarenta, un “affaire” con el actor Gary Cooper, veinticinco años mayor que ella, casado y con una hija. Al final, Cooper decidió volver con su mujer, Verónica. Pero Patricia, que tenía 23 años, había quedado embarazada: tomaron la decisión de recurrir al aborto.

La vida de Patricia no fue fácil. Pero cuenta en su autobiografía (1988), según recoger el obituario publicado en The New York Times, que “si tuviera que rehacer una sola cosa en mi vida, tendría ese niño”. Ese sentimiento fue mucho más intenso, pues le llevó a manifestar públicamente en varias ocasiones que todas las noches lloraba por el hijo que no tuvo. En las últimas décadas de su vida fue activa en los movimientos pro-life de inspiración católica. Y es que redescubrió la fe gracias a… Mary, la hija de Gary Cooper y Veronica, de la que llegó a ser buena amiga.

Más información: http://es.wikipedia.org/wiki/Patricia_Neal

martes, 28 de septiembre de 2010

En Westminster Hall

Artículo de jorge hernández mollar/www.malagahoy.com
/viernes 24 de septiembre de 2010

LA visita del Papa al Reino Unido nos ha dejado, en particular a los católicos, todo un legado doctrinal sobre los complejos y conflictivos debates que sobre materias éticas o morales, se producen en el seno de las sociedades democráticas occidentales.

Acertadamente escogió el Palacio de Westminster, lugar donde fue juzgado y condenado santo Tomás Moro por oponerse a Enrique VIII para no traicionar su conciencia. El contenido de su discurso no era otro que hacer unas profundas reflexiones sobre el vasto campo de la política y la incardinación o, mejor dicho, la proyección personal de las creencias religiosas en esa noble y secular actividad del ser humano.

Lo primero que hizo el Papa fue elogiar el parlamentarismo del que Gran Bretaña es ejemplo y referencia universal, como "democracia pluralista que valora enormemente la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por el papel de la ley…". No caben, pues, en esa loa a la democracia, a las libertades y a la propia ley, signos de autoritarismo doctrinal ni radicalismo conservador en la mente de quien, por su suprema autoridad, está obligado a defender los principios doctrinales y morales sobre los que se asienta la sociedad humana.

Benedicto XVI plantea como reto para la democracia si el consenso social es suficiente para avalar los principios éticos que sostiene el proceso democrático. La vida política no es un valor absoluto. La persona no puede perder su "individualidad" en su actuar político, en aras de aquellas decisiones colectivas que no tengan un sustento moral o ético aunque cuenten con el consenso social.

El nudo gordiano de la cuestión radica, pues, en una pregunta central: "¿Dónde se encuentra la fundamentación ética de las deliberaciones políticas?". Aquellos que excluyen al individuo como ser integral capaz de proyectar sus principios, sus pensamientos, sus convicciones religiosas en su trabajo ordinario sea la política o cualquier otra, pretenden que su conciencia personal se supedite y se diluya en favor de lo social, lo colectivo, en definitiva en favor del Estado.

El discurso del Papa en Westminster Hall clarifica cuál es el papel de la religión en estas cuestiones: "El papel de la religión en el debate político no es… proponer soluciones políticas concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión. Su papel consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos".

En definitiva, no hay contraposición entre razón y moral, razón y religión. Las dos se necesitan e incluso se corrigen en determinados supuestos. Tan distorsionador, según algunas reflexiones del Papa, es la razón cuando es manipulada por las ideologías como cuando la religión se deforma bajo fórmulas de sectarismo y fundamentalismo. Una y otra pueden actuar de elementos correctores para paliar sus excesos.

Sus palabras alcanzan también al creciente laicismo que, desde la llegada al poder del actual Gobierno socialista, se detecta en la sociedad española: "Desde este punto de vista no puedo menos que manifestar mi preocupación por la creciente marginación de la religión, especialmente del cristianismo, en algunas partes, incluso en naciones que otorgan un gran énfasis a la tolerancia. Hay algunos que desean que la voz de la religión se silencie o al menos que se relegue a la esfera meramente privada".

Huelga decir que recientes debates de la vida política nacional han provocado declaraciones de políticos de la izquierda socialista y comunista en este sentido. Se trata de silenciar a los católicos y que dejen al salir de casa colgadas en el ropero, sus ideas, sus creencias y sus principios y que acepten sin rechistar la aplicación de las leyes que, aun siendo moralmente injustas, tienen la legitimidad de una mayoría que se hace portavoz de un consenso social sin más fundamento que un relativismo materialista y consumidor en todas sus acepciones.

Vale la pena pues, que no sólo los católicos, leamos y estudiemos los discursos y reflexiones de un Papa que, como Benedicto XVI, tratan sólo de aportar serenidad, sensatez y profundidad teológica a las grandes cuestiones que hoy preocupan y angustian a la sociedad en el mundo: los pecados y errores de la propia Iglesia, la crisis económica y moral, los movimientos migratorios y la pobreza, el terrorismo y el fundamentalismo integrista, los conflictos bélicos, las catástrofes medioambientales, etcétera.

Lo que enseña Newman al cristiano de hoy visto por el Papa

reportaje /www.aceprensa.com/lunes 20 de septiembre de 2010


En la vigilia de oración en el Hyde Park de Londres el día 18, Benedicto XVI quiso reflexionar sobre “algunos aspectos de la vida de Newman, que considero muy relevantes para nuestra vida como creyentes y para la vida de la Iglesia de hoy”.

En primer lugar, destacó que la vida de Newman nos recuerda que estamos llamados a buscar la verdad. “Al final de su vida, Newman describe el trabajo de su vida como una lucha contra la creciente tendencia a percibir la religión como un asunto puramente privado y subjetivo, una cuestión de opinión personal. He aquí la primera lección que podemos aprender de su vida: en nuestros días, cuando un relativismo intelectual y moral amenaza con minar la base misma de nuestra sociedad, Newman nos recuerda que, como hombres y mujeres a imagen y semejanza de Dios, fuimos creados para conocer la verdad, y encontrar en esta verdad nuestra libertad última y el cumplimiento de nuestras aspiraciones humanas más profundas. En una palabra, estamos destinados a conocer a Cristo, que es ‘el camino, y la verdad, y la vida’ (Jn 14,6)”.

Pero la búsqueda de la verdad no es cómoda, y hay que estar dispuesto a pagar un precio”.La vida de Newman nos enseña también que la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y la auténtica conversión son costosas. No podemos guardar para nosotros mismos la verdad que nos hace libres; hay que dar testimonio de ella, que pide ser escuchada, y al final su poder de convicción proviene de sí misma y no de la elocuencia humana o de los argumentos que la expongan”. Tras evocar el testimonio de los mártires, advirtió que “en nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, pero a menudo implica ser excluido, ridiculizado o parodiado”.

Una verdad que cambia la vida
Junto a la honestidad intelectual, hace falta también coherencia entre fe y vida. “Newman nos enseña que si hemos aceptado la verdad de Cristo y nos hemos comprometido con él, no puede haber separación entre lo que creemos y lo que vivimos. (...) Vio claramente que lo que hacemos no es tanto aceptar la verdad en un acto puramente intelectual, sino abrazarla en una dinámica espiritual que penetra hasta la esencia de nuestro ser. Verdad que se transmite no sólo por la enseñanza formal, por importante que ésta sea, sino también por el testimonio de una vida íntegra, fiel y santa”.

Pues Benedicto XVI dejó claro que la búsqueda de la verdad de la fe implica dar frutos para la transformación del mundo, responsabilidad propia de cada uno y más en este tempo. “Nadie que contemple con realismo nuestro mundo de hoy podría pensar que los cristianos pueden permitirse el lujo de continuar como si no pasara nada, haciendo caso omiso de la profunda crisis de fe que impregna nuestra sociedad, o confiando sencillamente en que el patrimonio de valores transmitido durante siglos de cristianismo seguirá inspirando y configurando el futuro de nuestra sociedad.

Sabemos que en tiempos de crisis y turbación Dios ha suscitado grandes santos y profetas para la renovación de la Iglesia y la sociedad cristiana; confiamos en su providencia y pedimos que nos guíe constantemente. Pero cada uno de nosotros, de acuerdo con su estado de vida, está llamado a trabajar por el progreso del Reino de Dios, infundiendo en la vida temporal los valores del Evangelio”.

En la ceremonia de beatificación de Newman en el Cofton Park de Rednal, en Birmingham, Benedicto XVI utilizó el lema del cardenal, “cor ad cor loquitur”, “el corazón habla al corazón”. Este lema, dijo el Papa, “nos da la perspectiva de su comprensión de la vida cristiana como una llamada a la santidad, experimentada como el deseo profundo del corazón humano de entrar en comunión íntima con el Corazón de Dios”.

La oración nos espiritualiza
“Nos recuerda que la fidelidad a la oración nos va transformando gradualmente a semejanza de Dios”, añadió. La oración, dijo citando al nuevo beato, “tiene lo que se puede llamar un efecto natural en el alma, espiritualizándola y elevándola. Un hombre ya no es lo que era antes; gradualmente... se ve imbuido de una serie de ideas nuevas, y se ve impregnado de principios diferentes”.

Con esta experiencia puede entenderse que Jesucristo “nos ha asignado una tarea específica a cada uno de nosotros, un “servicio concreto”, confiado de manera única a cada persona concreta: ‘Tengo mi misión’, escribe Newman, ‘soy un eslabón en una cadena, un vínculo de unión entre personas. No me ha creado para la nada. Haré el bien, haré su trabajo”.

Benedicto XVI hizo que las enseñanzas de Newman sobre cuestiones de su época constituyen una valiosa herencia para los cristianos de hoy. “Sus intuiciones sobre la relación entre fe y razón, sobre el lugar vital de la religión revelada en la sociedad civilizada, y sobre la necesidad de una educación esmerada y amplia fueron de gran importancia, no sólo para la Inglaterra victoriana. Hoy también siguen inspirando e iluminando a muchos en todo el mundo”.

Su visión de la educación
En particular destacó su visión de la educación. “Firmemente contrario a cualquier enfoque reductivo o utilitarista, buscó lograr unas condiciones educativas en las que se unificara el esfuerzo intelectual, la disciplina moral y el compromiso religioso. (...) La colección de discursos que publicó con el título ‘La Idea de una Universidad’ sostiene un ideal mediante el cual todos los que están inmersos en la formación académica pueden seguir aprendiendo”.

Entonces y hoy se trataba de formar un laicado con una buena preparación, capaz de dar razón de su fe: “Quiero un laicado –escribía Newman– que no sea arrogante ni imprudente a la hora de hablar, ni alborotador, sino hombres que conozcan bien su religión, que profundicen en ella, que sepan bien dónde están, que sepan qué tienen y qué no tienen, que conozcan su credo a tal punto que puedan dar cuentas de él, que conozcan tan bien la historia que puedan defenderla”, escribía Newman en “La Posición Actual de los Católicos en Inglaterra”, en cita recogida por el Papa.

Benedicto XVI también presentó la extraordinaria vida sacerdotal de Newman, con su visión del ministerio pastoral llena de humanidad, citando otro de sus escritos: “Si vuestros sacerdotes fueran ángeles, hermanos míos, ellos no podrían compartir con vosotros el dolor, sintonizar con vosotros, no podrían haber tenido compasión de vosotros, sentir ternura por vosotros y ser indulgentes con vosotros, como nosotros podemos; ellos no podrían ser ni modelos ni guías, y no te habrían llevado de tu hombre viejo a la vida nueva, como ellos, que vienen de entre nosotros”.

La valentía de Benedicto XVI

editorial de la vanguardia (barcelona) /www.lavanguardia.es
domingo, 19 de septiembre de 2010

EL papa Benedicto XVI acaba de realizar un valiente viaje a Inglaterra. El Papa alemán (el “pastor alemán”, tituló un tabloide inglés poco después de la elección de Joseph Ratzinger como pontífice), el papa de Roma, ha visitado durante cuatro días el país que se enfrentó a muerte a Alemania en la Segunda Guerra Mundial; el país que hace cuatrocientos sesenta y siete años rompió puentes con la autoridad pontificia romana, promoviendo una iglesia nacional, coincidente en el tiempo con la reforma luterana.

Claves del viaje. Comencemos por la dimensión histórica que acabamos de citar. Ha sido la primera visita oficial del papa de Roma a Inglaterra desde que Enrique VIII decretase en 1534 el Estatuto de Primacía (Acts of Supremacy) que declaraba a la corona de Inglaterra como “única cabeza suprema en la tierra de la Iglesia de Inglaterra, llamada Ecclesia Anglicana”. Un anterior viaje de Juan Pablo II no tuvo carácter oficial. La reaproximación de Roma a Inglaterra es un hecho histórico de primer orden que ninguna persona que tenga una mínima noción de los fundamentos europeos puede ignorar o minimizar. Por debajo de la confusa espuma de los días, las capas tectónicas de Europa se están moviendo.

La segunda clave podríamos decir que es de orden intelectual. Benedicto XVI ha sido la tercera personalidad extranjera invitada a hablar ante las autoridades británicas en el Westminster Hall, lugar de las primeras sesiones del Parlamento inglés. Antes lo hicieron Charles de Gaulle y Nelson Mandela. En su discurso, que conviene releer, el Papa realizó una decidida defensa del papel de la religión en la vida pública, tomando como referencia la figura de Tomás Moro, condenado a muerte en aquel lugar por defender sus ideas ante el dictado de la autoridad política. “Para los legisladores la religión no debe ser un problema que resolver, sino un contribuyente vital a la conversación nacional”, dijo Benedicto XVI.

En ese importante discurso, Joseph Ratzinger alertó contra la irrupción de un laicismo agresivo que pretende borrar las huellas de la religión en el espacio público. Dijo el Papa en Westminster: “Cada generación debe preguntarse ¿cuáles son los requerimientos que los gobiernos pueden imponer razonablemente a sus ciudadanos?”. Los anglicanos escucharon con mucha atención las palabras del Papa. Estaban presentes en Westminster, David Cameron, Gordon Brown, Tony Blair y Margaret Thatcher.

Tercera clave: el diálogo ecuménico con la Iglesia Anglicana, en el marco de la lenta pero posible reaproximación de las diferentes confesiones cristianas. El sector anglicano contrario a la ordenación de mujeres y homosexuales ya ha llamado a la puerta de Roma. Y por último lugar, aunque no lo último –en absoluto– la radical autocrítica por los casos de pederastia en la Iglesia y su encuentro con víctimas de las agresiones sexuales. La Iglesia católica se halla ante un grave asunto que está dañando su credibilidad y su autoridad moral. Esa es la realidad, pero sólo desde la más absoluta mala fe puede afirmarse o sugerirse que Benedicto XVI sea cómplice de tal situación. Al contrario, el mundo hoy conoce lo que ha pasado gracias a la firme determinación del Papa de reparar el grave pecado cometido por ministros de la Iglesia.

Un viaje valiente que ayuda a entender la importancia de la próxima visita de Benedicto XVI a Barcelona.

El Papa es un comunicador cien por cien

declaraciones de diego contreras, decano de la facultad de comunicación institucional de la universidad pontificia de la santa cruz / agencia efe (Roma) www.efe.com /
miércoles 22 de septiembre de 2010

El Papa Benedicto XVI "es un comunicador al cien por cien, pero no un hombre de medios de comunicación", dijo hoy en entrevista a Efe Diego Contreras, decano de la Facultad de Comunicación de la Iglesia, la única en el mundo de su género, perteneciente al Opus Dei y con sede en Roma.
Para el español Diego Contreras, el Papa como teólogo "no es un manipulador, es decir, no es un hombre que dice a la opinión pública lo que quiere escuchar".

Benedicto XVI "no instrumentaliza y, cuando habla, en todos sus discursos hay alguna perla incluso para un periodista, sobre todo cuando lo hace sin papeles", afirma el decano.
Gobierno y comunicación están muy unidos, "pero la Santa Sede no fabrica nada, no es una empresa, tiene un esquema muy complejo para la comunicación porque el Papa no levanta el teléfono y dice lo que se tiene que hacer", agrega.

"Eso transmite una sensación de falta de eficacia porque en el resto de los Estados sí es así, porque el presidente del Gobierno levanta el teléfono y fulmina a un ministro. Eso no lo hace el Papa, es más complicado", asegura.

Y desde luego, según Contreras, ha sido el Papa el que ha salido airoso del problema de la pederastia, aunque como dijo él mismo el abuso a menores en la Iglesia "ha hecho más daño que las persecuciones".

De todas formas, -afirma- "el fallo en el tema de la pederastia ha sido a nivel local, de las diócesis, porque las iglesias han descargado sobre Roma (Papa) lo que no han podido solucionar por sí mismas".

Por ello, "el Papa ha recibido acusaciones injustas y hasta de mal gusto incluso, aunque las palabras más duras las ha pronunciado él mismo".

En cuanto a la comunicación en el Vaticano, hoy está en manos del jesuita Federico Lombardi que "está en muchos frentes" porque la congregación de San Ignacio también es responsable de la Radio Vaticana, como antes estuvo confiada en la persona de Joaquín Navarro Valls del Opus Dei.
"Se trata más de una elección de personas que de congregaciones religiosas", dice.

La Facultad de Comunicación de la Iglesia, con 115 alumnos, forma profesionalmente a laicos y a sacerdotes de los cinco continentes para ayudar en temas de comunicación a la Iglesia y organizaciones eclesiásticas como conferencia episcopales, obispados o congregaciones religiosas.

Una comunicación cada vez más profesionalizada porque así lo exigen los tiempos y "si una diócesis necesita un comunicador lo envían a Roma para que se forme durante cinco años".

Los enviados por organizaciones eclesiásticas suponen un 70 por ciento de los alumnos y el resto son laicos especializados en temas teológicos. "Se trata de profundizar en el valor de la comunicación, pero evitando su instrumentalización", explica Contreras.

La Universidad Pontificia de la Santa Cruz del Opus Dei de Roma cuenta con cinco facultades: Teología, Derecho Canónico, Filosofía, Instituto de Ciencias Religiosas (formación de profesores de Religión) y Comunicación de la Iglesia. De esta última ha salido la portavoz del Obispado de Zagreb (Croacia), el de la Conferencia Episcopal de la República Checa y el de Estados Unidos, entre otros.

Además, en la facultad se imparten cursos especializados para ayudar a actualizar sus conocimientos a los periodistas que cubren El Vaticano, como el seminario "la Iglesia más cercana" de septiembre 2010, con temas espinosos como "Pío XII y los judíos", "¿Ha cambiado la cobertura de la Iglesia tras Juan Pablo II?" o más de actualidad como "La Iglesia y el mundo digital".

Y es que para Contreras, "en religión parece que todo es opinar, pero son temas muy complejos e intentamos hablar de lo importante haciéndolo interesante". Según el decano de la facultad, "hay una necesidad de religión y, en nuestra Europa secularizada hay más gente que va a misa que al fútbol".

Los anti

comentario de jose francisco sanchez, columnista de la voz de Galicia / http//blogs.lavozdegalicia.es /sábado 18 de septiembre de 2010

En los tiempos en que falla la razón, abundan el sentimentalismo y la violencia y, con ellos, se multiplican los «anti»: es decir, personas que, como el adolescente de Salinger, se definen más por lo que odian que por lo que aman. El otro día alguien me dijo, bromeando, que el Barça perdería también con el Panathinaikos. Le contesté que me parecía improbable, pero que me dijera en qué se basaba. «Es que yo soy anti-catalanes», respondió. Puse cara seria y dije: «Muy mal». Añadí algo que no viene al caso. Así que él se corrigió: «Bueno, en realidad, soy anti-Barça». Le dije, riéndome con la broma, que me parecía menos grave, pero que seguía sin gustarme.

El no hablaba muy en serio, pero yo sí, aunque me riera. El «anti» es, por definición, un personaje destructivo, porque es incapaz de ver bondad alguna en aquello contra lo que se define, aunque la tenga. Se obsesiona con lo negativo —o lo que a él le parece negativo— y cierra su mente a cualquier posibilidad, no ya de afecto, sino de mero reconocimiento de la belleza o el valor de cualquier faceta de su antagonista. Por eso, ser «anti» es una forma de soberbia cegadora y muy poco razonable, salvo en las contadas ocasiones en que el prefijo se antepone a una palabra cuyo significado es de por sí perverso: «antiviolencia», por ejemplo.

Y es poco razonable, porque anula para siempre y de un plumazo todo un ámbito de la realidad que no se quiere ver o que se quiere ver solo de una determinada manera. Triste y empobrecedor. Supongo que los antirreligiosos y los antievolución estarán hoy que trinan con unas palabras que dijo el Papa ayer: «Una visión científica se convierte en peligrosamente estrecha si ignora la dimensión ética o religiosa de la vida, como una religión queda limitada si rechaza la legítima contribución de la ciencia a nuestro entendimiento del mundo”. Es más fácil atacar la verdad que defenderla.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Audiencia de Benedicto XVI con la Reina de Inglaterra

palacio de holyroodhouse (edimburgo, escocia)/ www.vatican.va / jueves 16 de septiembre de 2010

Majestad:

Gracias por su gentil invitación a visitar oficialmente el Reino Unido y por sus atentas palabras de saludo en nombre del pueblo británico. Al dar las gracias a Vuestra Majestad, me sea permitido extender mi saludo a todas las gentes del Reino Unido y ofrecerles mi amistad a todos y cada uno.

Me complace comenzar mi viaje saludando a los miembros de la Familia Real, agradeciendo en particular a Su Alteza Real el Duque de Edimburgo la amable acogida que me ha dispensado en el aeropuerto de Edimburgo. Expreso mi agradecimiento igualmente a los actuales Gobiernos de Vuestra Majestad, y también a los anteriores, y a cuantos han trabajado con ellos para hacer posible esta ocasión, incluyendo a Lord Patten y al ex Secretario de Estado Murphy. También agradezco vivamente la labor del grupo parlamentario de todos los partidos concerniente a la Santa Sede, el cual ha contribuido enormemente al fortalecimiento de las relaciones amistosas entre la Santa Sede y el Reino Unido.

Al comenzar mi visita al Reino Unido en la capital histórica de Escocia, saludo en particular al Primer Ministro Salmond y a los representantes del Parlamento escocés. Como las Asambleas galesa y norirlandesa, que el Parlamento escocés crezca para ser una expresión de las buenas tradiciones y la cultura propia de los escoceses, y se esfuerce en servir a sus mejores intereses con un espíritu de solidaridad y preocupación por el bien común.

El nombre de Holyroodhouse, la residencia oficial de Vuestra Majestad en Escocia, recuerda la "Santa Cruz" y evoca las profundas raíces cristianas que aún están presentes en todos los ámbitos de la vida británica. Los reyes de Inglaterra y Escocia han sido cristianos desde tiempos muy antiguos y cuentan con destacados santos, como Eduardo el Confesor y Margarita de Escocia. Como Usted sabe, muchos de ellos ejercieron conscientemente sus tareas de gobierno a la luz del Evangelio, y de esta manera modelaron profundamente la nación en torno al bien. Resultó así que el mensaje cristiano ha sido una parte integral de la lengua, el pensamiento y la cultura de los pueblos de estas islas durante más de mil años. El respeto de sus antepasados por la verdad y la justicia, la misericordia y la caridad, os llegan desde una fe que sigue siendo una fuerza poderosa para el bien de vuestro reino y el mayor beneficio de cristianos y no cristianos por igual.

Muchos ejemplos de esta fuerza del bien los encontramos en la larga historia de Gran Bretaña. Incluso en tiempos relativamente recientes, debido a figuras como William Wilberforce y David Livingstone, Gran Bretaña intervino directamente para detener la trata internacional de esclavos. Inspiradas por la fe, mujeres como Florence Nightingale sirvieron a los pobres y a los enfermos y establecieron nuevos métodos en la asistencia sanitaria que posteriormente se difundieron por doquier. John Henry Newman, cuya beatificación celebraré próximamente, fue uno de los muchos cristianos británicos de su tiempo, cuya bondad, elocuencia y quehacer honraron a sus compatriotas. Todos ellos, y como éstos muchos más, se inspiraron en una recia fe, que germinó y se alimentó en estas islas.

También ahora, podemos recordar cómo Gran Bretaña y sus dirigentes se enfrentaron a la tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra común humanidad a muchos, especialmente a los judíos, a quienes no consideraban dignos de vivir. Recuerdo también la actitud del régimen hacia los pastores cristianos o los religiosos que proclamaron la verdad en el amor, se opusieron a los nazis y pagaron con sus vidas esta oposición. Al reflexionar sobre las enseñanzas aleccionadoras del extremismo ateo del siglo XX, jamás olvidemos cómo la exclusión de Dios, la religión y la virtud de la vida pública conduce finalmente a una visión sesgada del hombre y de la sociedad y por lo tanto a una visión "restringida de la persona y su destino" (Caritas in veritate, 29).

Hace sesenta y cinco años, Gran Bretaña jugó un papel esencial en la forja del consenso internacional de posguerra, que favoreció la creación de las Naciones Unidas y marcó el comienzo de un período de paz y prosperidad en Europa hasta entonces desconocido. En los últimos años, la comunidad internacional ha seguido de cerca los acontecimientos en Irlanda del Norte, que condujeron a la firma del Acuerdo de Viernes Santo y a la restitución de competencias a la Asamblea de Irlanda del Norte. El Gobierno de Vuestra Majestad y el Gobierno de Irlanda, junto a los dirigentes políticos, religiosos y civiles de Irlanda del Norte, ayudaron al alumbramiento de una solución pacífica del conflicto. Animo a todos a seguir recorriendo juntos con valentía el camino trazado hacia una paz justa y duradera.

Al mirar al exterior, el Reino Unido sigue siendo, política y económicamente, una figura clave en el ámbito internacional. Vuestro Gobierno y vuestro pueblo son los forjadores de ideas que influyen mucho más allá de las Islas británicas. Esto les impone una especial obligación de actuar con sabiduría en aras del bien común. Del mismo modo, dado que sus opiniones tienen una audiencia tan amplia, los medios de comunicación británicos tienen una responsabilidad más grave que la mayoría y una mayor oportunidad para promover la paz de las naciones, el desarrollo integral de los pueblos y la difusión de los auténticos derechos humanos. Que todos los británicos sigan viviendo en consonancia con los valores de honestidad, respeto e imparcialidad que les han merecido la estima y admiración de muchos.

En la actualidad, el Reino Unido se esfuerza por ser una sociedad moderna y multicultural. Que en esta exigente empresa mantenga siempre su respeto por esos valores tradicionales y expresiones culturales que formas más agresivas de secularismo ya no aprecian o siquiera toleran. Que esto no debilite la raíz cristiana que sustenta sus libertades; y que este patrimonio, que siempre ha buscado el bien de la nación, sirva constantemente de ejemplo a vuestro Gobierno y a vuestro pueblo de cara a los dos mil millones de miembros de la Commonwealth y a la gran familia de naciones de habla inglesa de todo el mundo.

Que Dios bendiga a Vuestra Majestad y a todos los habitantes de vuestro reino. Gracias.

El Papa en Glasgow (Escocia): católicos, salid al foro público

Homilía de Benedicto XVI en Glasgow durante la misa en Bellahouston Park
/ www.vatican.va /jueves 16 de septiembre de 2010

Homilía pronunciada hoy por el Papa Benedicto XVI durante la celebración de la Misa en el Bellahouston Park de Glasgow, día en que se celebra la memoria litúrgica de san Ninian de Galloway, obispo itinerante y evangelizador de los celtas, y apóstol de Escocia.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo

"Está cerca de vosotros el Reino de Dios" (Lc 10, 9). Con estas palabras del Evangelio que acabamos de escuchar, os saludo a todos con gran afecto en el Señor. En verdad, el Reino de Dios está ya entre nosotros. En esta celebración de la Eucaristía, en la que la Iglesia en Escocia se congrega en torno al altar en unión con el Sucesor de Pedro, reafirmemos nuestra fe en la Palabra de Cristo y nuestra esperanza en sus promesas, una esperanza que nunca defrauda.

Saludo cordialmente al Cardenal O’Brien y a los Obispos escoceses. Agradezco particularmente al Arzobispo Conti sus amables palabras de bienvenida de vuestra parte y expreso mi profunda gratitud por el trabajo que el Gobierno británico y escocés y las autoridades municipales de Glasgow han llevado a cabo para que fuera posible este encuentro.

El Evangelio de hoy nos recuerda que Cristo continúa enviando a sus discípulos a todo el mundo para proclamar la venida de su Reino y llevar su paz al mundo, empezando casa por casa, familia por familia, ciudad por ciudad. Vengo a vosotros, hijos espirituales de San Andrés, como heraldo de la paz y a confirmaros en la fe de Pedro (cf. Lc 22, 32). Me dirijo a vosotros con emoción, no muy lejos del lugar donde mi amado predecesor el Papa Juan Pablo II celebró la Misa con vosotros, hace casi treinta años, recibido por la multitud más numerosa que jamás se haya visto en la historia de Escocia.

Muchas cosas han ocurrido en Escocia y en la Iglesia en este país desde aquella histórica visita. Compruebo con gran satisfacción que la invitación que el Papa Juan Pablo II os hizo para caminar unidos con vuestros hermanos cristianos, ha producido mayor confianza y amistad con los miembros de la Iglesia de Escocia, la Iglesia Episcopal Escocesa y otros.

Os animo a continuar rezando y trabajando con ellos en la construcción de un futuro más luminoso para Escocia, basado en nuestra común herencia cristiana. En la primera lectura de hoy, hemos escuchado el llamamiento de San Pablo a los romanos a que reconozcan que, como miembros del Cuerpo de Cristo, nos pertenecemos los unos a los otros (cf. Rm 12, 5) y debemos convivir respetándonos y amándonos mutuamente. En este espíritu, saludo a los representantes ecuménicos que nos honran con su presencia.

Este año se conmemora el cuatrocientos cincuenta aniversario de la Asamblea de la Reforma, y también el centenario de la Conferencia Misionera Mundial en Edimburgo, que es considerada por muchos como el origen del movimiento ecuménico moderno. Demos gracias a Dios por la promesa que representa el entendimiento y la cooperación ecuménica para un testimonio común de la verdad salvadora de la Palabra de Dios, en medio de los rápidos cambios de la sociedad actual.

Entre los diferentes dones que San Pablo enumera para la edificación de la Iglesia está el de enseñar (cf. Rm 12, 7). La predicación del Evangelio siempre ha estado acompañada por el interés por la palabra: la palabra inspirada por Dios y la cultura en la que esta palabra echa raíces y florece. Aquí, en Escocia, pienso por ejemplo en las tres universidades fundadas por los papas durante la edad media, incluyendo la de San Andrés, a punto de celebrar el sexto centenario de su fundación.

En los últimos treinta años, con la ayuda de las autoridades civiles, las escuelas católicas en Escocia han asumido el desafío de brindar una educación integral a un mayor número de estudiantes, y esto ha ayudado a los jóvenes no sólo en su camino de crecimiento espiritual y humano, sino también en su incorporación a la vida profesional y pública. Se trata de un signo de gran esperanza para la Iglesia, y animo a los profesionales católicos, a los políticos y profesores de Escocia a no perder nunca de vista que están llamados a poner sus talentos y su experiencia al servicio de la fe, trabajando por la cultura escocesa actual en todos sus ámbitos.

La evangelización de la cultura es de especial importancia en nuestro tiempo, cuando la "dictadura del relativismo" amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. Hoy en día, algunos buscan excluir de la esfera pública las creencias religiosas, relegarlas a lo privado, objetando que son una amenaza para la igualdad y la libertad. Sin embargo, la religión es en realidad garantía de auténtica libertad y respeto, que nos mueve a ver a cada persona como un hermano o hermana.

Por este motivo, os invito particularmente a vosotros, fieles laicos, en virtud de vuestra vocación y misión bautismal, a ser no sólo ejemplo de fe en público, sino también a plantear en el foro público los argumentos promovidos por la sabiduría y la visión de la fe. La sociedad actual necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir, no en una selva de libertades autodestructivas y arbitrarias, sino en una sociedad que trabaje por el verdadero bienestar de sus ciudadanos y les ofrezca guía y protección en su debilidad y fragilidad. No tengáis miedo de ofrecer este servicio a vuestros hermanos y hermanas, y al futuro de vuestra amada nación.

San Ninian, cuya fiesta celebramos hoy, no tuvo miedo de elevar su voz en solitario. Siguiendo las huellas de los discípulos que nuestro Señor envió antes que él, Ninian fue uno de los primeros misioneros católicos en traer la buena noticia de Jesucristo a sus hermanos británicos. Su Iglesia de su misión en Galloway se convirtió en centro de la primera evangelización de este país. Este trabajo fue retomado más tarde por San Mungo, patrón de Glasgow, y por otros santos, entre los que debemos destacar San Columba y Santa Margarita. Inspirados en ellos, muchos hombres y mujeres han trabajado durante siglos para transmitiros la fe. ¡Esforzaos en ser dignos de esta gran tradición!

Que la exhortación de San Pablo, en la primera lectura, sea para vosotros una constante inspiración: "En la actividad no seáis descuidados, en el espíritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres: estad firmes en la tribulación, sed asiduos a la oración" (Rm 12, 11-12).

Me gustaría ahora dirigirme especialmente a los Obispos de Escocia. Queridos hermanos, quiero animaros en vuestra dedicación pastoral a los católicos escoceses. Como sabéis, uno de vuestros primeros deberes pastorales está en relación a vuestros sacerdotes (cf. Presbyterorum Ordinis, 7) y su santificación. Igual que ellos son un alter Christus para la comunidad católica, vosotros lo sois para ellos. En vuestro ministerio fraterno con vuestros sacerdotes, vivid en plenitud la caridad que brota de Cristo, colaborando con todos ellos, en particular con quienes tienen escaso contacto con sus hermanos en el sacerdocio.

Rezad con ellos por las vocaciones, para que el Señor de la mies envíe trabajadores a su mies (cf. Lc 10, 2). Ya que la Eucaristía hace la Iglesia, el sacerdocio es algo central para la vida de la Iglesia. Ocupaos personalmente de formar a vuestros sacerdotes como un cuerpo de hombres que alientan a otros a dedicarse totalmente al servicio de Dios Todopoderoso. Cuidad también de vuestros diáconos, cuyo ministerio de servicio está asociado de manera especial con el orden de los obispos. Sed padres y ejemplo de santidad para ellos, animándolos a crecer en conocimiento y sabiduría en el ejercicio de la misión de predicar a la que han sido llamados.

Queridos sacerdotes de Escocia, estáis llamados a la santidad y al servicio del pueblo de Dios conformando vuestras vidas con el misterio de la cruz del Señor. Predicad el evangelio con un corazón puro y con recta conciencia. Dedicaos sólo a Dios y seréis ejemplo luminoso de santidad, de vida sencilla y alegre para los jóvenes: ellos, por su parte, desearán seguramente unirse a vosotros en vuestro solícito servicio al pueblo de Dios. Que el ejemplo de San Juan Ogilvie, hombre abnegado, desinteresado y valiente, os inspire a todos. Igualmente, os animo a vosotros, monjes, monjas y religiosos de Escocia, a ser una luz puesta en lo alto de un monte, llevando una auténtica vida cristiana de oración y acción que sea testimonio luminoso del poder del Evangelio.

Finalmente, deseo dirigirme a vosotros, mis queridos jóvenes católicos de Escocia. Os apremio a llevar una vida digna de nuestro Señor (cf. Ef 4,1) y de vosotros mismos. Hay muchas tentaciones que debéis afrontar cada día -droga, dinero, sexo, pornografía, alcohol- y que el mundo os dice que os darán felicidad, cuando, en verdad, estas cosas son destructivas y crean división. Sólo una cosa permanece: el amor personal de Jesús por cada uno de vosotros. Buscadlo, conocedlo y amadlo, y él os liberará de la esclavitud de la existencia deslumbrante, pero superficial, que propone frecuentemente la sociedad actual. Dejad de lado todo lo que es indigno y descubrid vuestra propia dignidad como hijos de Dios.

En el evangelio de hoy, Jesús nos pide que oremos por las vocaciones: elevo mi súplica para que muchos de vosotros conozcáis y améis a Jesús y, a través de este encuentro, os dediquéis por completo a Dios, especialmente aquellos de vosotros que habéis sido llamados al sacerdocio o a la vida religiosa. Éste es el desafío que el Señor os dirige hoy: la Iglesia ahora os pertenece a vosotros.

Queridos amigos, una vez más expreso mi alegría de poder celebrar la misa con vosotros. Y me siento feliz de poder aseguraros mis oraciones en la antigua lengua de vuestro país: Sìth agus beannachd Dhe dhuib uile; Dia bhi timcheall oirbh; agus gum beannaicheadh Dia Alba. La paz y la bendición de Dios sea con todos vosotros; que Dios os proteja; y que Dios bendiga el pueblo de Escocia.