articulo del psiquiatra y teólogo alemana manfred lütz/ extraído de www.aceprensa.com / en frankfurter allgemeine zeitung www.faz.es
lunes 22 de febrero de 2010 + noticia / www.elpais.com viernes 9 de abril de 2010
En un artículo publicado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung (reproducido en la edición en lengua española deL’Osservatore Romano), el psiquiatra y teólogo alemán Manfred Lütz explica el contexto social en el que se produjeron los casos de abusos sexuales en algunas escuelas católicas de Alemania.
Lütz se refiere a la reacción en la opinión pública a propósito de los casos de abusos sexuales a niños que se remontan a los años setenta y ochenta, y que se acaban de conocer ahora (si bien la Conferencia episcopal alemana ya había tomado medidas para afrontar casos de este tipo en 2002). Algunos medios han aprovechado este episodio aislado para culpar a la moral sexual católica.
Sin embargo, la tesis de Lütz es que este tipo de escándalos –de los que tampoco se libran, lamentablemente, las instituciones seculares que trabajan con niños– se debe a un ambiente de banalización de la sexualidad y la pederastia.
Durante los años setenta, algunos ideólogos de Mayo del 68 intentaron crear un clima de opinión favorable a las “relaciones sexuales no violentas” con niños. Una década después, este planteamiento cristalizó en una serie de propuestas disparatadas.
Lütz lo ilustra con dos ejemplos: “Entre los Verdes, en 1985 se solicitó que se despenalizara el sexo con los niños; y, en 1989, la célebre editorial Deutscher Ärtzteverlag publicó un libro que pedía abiertamente que se permitieran los contactos sexuales pederastas”.
Para los artífices de estas propuestas, el enemigo a combatir eran precisamente las prohibiciones de la Iglesia: “En aquella época se libraba una batalla en particular contra la moral sexual católica porque constituía un obstáculo represivo para la ‘emancipación de la sexualidad infantil’”.
Cuando a finales de los ochenta se desterró la idea de mantener relaciones sexuales con niños, quienes habían sostenido la despenalización de la pederastia se encontraron en la incómoda situación de que “eran ellos los verdaderos malhechores a causa de su laxismo”, y no la Iglesia católica, a la que habían criticado “por su moral rígida y completamente pasada de moda”.
Por eso, como señala Lütz, no deja de ser paradójico que ahora los críticos de la Iglesia aprovechen “la grata oportunidad” que les brindan los casos de abusos sexuales cometidos por algunos sacerdotes para repetir la misma cantinela de siempre: “La culpa es de las estructuras eclesiásticas, de la moral sexual, del celibato”.
Lo malo del asunto es que este tipo de discursos viscerales no contribuyen en nada a esclarecer las cosas. De hecho, “no es más que un claro abuso de los abusos y, sobre todo, una peligrosa desinformación que protege a los culpables”.
“La verdad es que todas las instituciones relacionadas con niños y jóvenes atraen a personas que buscan un contacto ilícito con los menores. Esto vale para las asociaciones deportivas, para las instituciones de asistencia a los jóvenes y, naturalmente, también para la Iglesia”.
“Uno de los principales expertos en Alemania, Hans-Ludwig Kröber, no encuentra ninguna indicación de una mayor frecuencia de casos de pederastia entre los profesores célibes respecto de los demás”.
Lo cierto es que las estructuras de la Iglesia son una ayuda para prevenir casos de abusos sexuales, ya que “puede reaccionar de un modo más coordinado y profesional que una asociación deportiva local”
Junto a las estructuras, el verdadero seguro de vida para los niños es la propia doctrina de la Iglesia: “Se piense lo que se piense de la moral sexual católica, incluso en los tiempos de la banalización de la pederastia, era para cualquiera que la respetase un baluarte contra el abuso de los niños”.
2. Los abusos sádicos en una escuela de élite conmocionan a Alemania
noticia / www.elpais.com viernes 9 de abril de 2010
El próximo 14 de abril, el colegio de élite de Odenwald (al sur de Fráncfort, en Alemania), una institución histórica vinculada a la Unesco, cumplirá 100 años. El aniversario, cuyos festejos están programados para el verano, ya no será lo mismo. 40 ex alumnos han acusado a nueve profesores de abusos sexuales, prácticas sádicas y humillaciones entre los años sesenta y noventa.
Hace un mes, el colegio de Odenwald resultó ser la primera institución laica en verse involucrada en el escándalo de abusos sexuales y agresiones en los centros educativos en Alemania. Tras la publicación el pasado mes de enero de los primeros casos, ocurridos en el colegio jesuita Canisius de Berlín, cada semana han ido apareciendo nuevas informaciones.
La actual directora, Margarita Kaufmann, se ha comprometido a destapar todos los abusos. Esta semana, el diarioFrankfurter Rundschau ha publicado un primer balance de su actividad. En total, 40 estudiantes acusan a nueve profesores de abusos sexuales y practicas sádicas. Dos testigos relataron casos que habrían ocurrido en los años noventa. Precisamente estos testigos, según dijo la directora, informaron acerca de "rituales horribles". […]. En algunos casos, los abusadores habrían sido estudiantes mayores que violaban en grupo a compañeros más jóvenes mientras un profesor observaba la escena. Kaufmann recordó, sin embargo, que los relatos no han sido comprobados todavía, y que los casos han prescrito. Asimismo, la directora recordó que la cifra de los casos que todavía quedan por descubrir podría ser "muy alta".
El Ministerio de Educación de Hesse supo en 1998 lo que estaba ocurriendo en el colegio y las acusaciones contra el ex director Gerold Becker, que administró el instituto hasta 1985. Becker es uno de los principales sospechosos en los casos de pederastia y, pese a que el gobierno regional conocía estas acusaciones, lo mantuvo como asesor del Ministerio de Educación hasta 1999, según informó Frankfurter Rundschau.
Estas informaciones sobre casos espeluznantes cometidos en una institución tan prestigiosa han conmocionado el país. La escuela de Odenwald es laica, mixta y de élite. Fue fundada en 1910 por Paul y Edith Geheb, un matrimonio de pedagogos judíos, y alberga a alumnos de 14 a 18 años. En ella estudiaron, entre otros, el francés Daniel Cohn Bendit, líder del movimiento estudiantil del 68 en Francia, y actual jefe de los Verdes en el Parlamento Europeo; Klaus Gysi, padre del ex ministro de Alemania Oriental Gregor Gysi; la directora de cine Sandra Nettelbeck, y escritores como Jakob Arjouni y Amelie Fried.
Este y otros escándalos anteriores ponen en tela de juicio el papel de los internados, instituciones donde se acumulan la mayoría de los casos destapados en los últimos meses. "Sin duda, la estricta cercanía entre educadores y estudiantes ofrece un entorno con riesgos más altos", asegura Detlef Kulessa, presidente de la asociación Töchter und Sohnen (Hijas e Hijos), que asesora los internados alemanes. Según el experto, sin embargo, "dentro de los colegios hay una sensibilidad y un control muy alto. Se habla más del tema. Los alumnos tienen ahora un papel más activo".
El silencio es uno de los problemas de estas estructuras: lo que sucede dentro de los muros se queda allí. "En instituciones donde la presión y el secreto juegan un papel significativo, se da el espacio para el abuso", explica el psicólogo infantil Günther Deegener. Los expertos coinciden en que hoy la situación ha cambiado, entre otras razones, gracias a las tecnologías. "Hoy los alumnos mantienen contacto continuo con sus padres. Hablan por móvil y se comunican por Internet", dice Konrad von der Beeke, presidente de la Asociación Alemana de Internados Católicos (V.K.I.T.).
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