comentario de diego contreras en www.la iglesiaenlaprensa.com,
viernes 13 de junio de 2008
"Las parejas homosexuales noruegas serán las primeras que podrán casarse por la iglesia". Lo dice hoy el diario El País, en una crónica -fechada en Madrid- sobre una ley que entrará en vigor dentro de unos meses en el reino nórdico. El texto explica que la Iglesia Nacional Noruega, de raíz luterana, depende del Estado y que -por tanto-, la ley obliga directamente a los ministros de esta confesión religiosa, los cuales no podrán oponerse a oficiar esas ceremonias.
Leo la noticia hasta el final y compuebo que esta vez no hay filípicas a favor de la "radical" separación entre Iglesia y Estado. Se diría que casi al contrario, pues entre líneas aletea un no se qué de complacencia en que esas parejas puedan, por fin, "casarse por la iglesia". Da igual que sea una iglesia en la que manda el rey (un detalle que la crónica describe simplemente como "peculiar relación entre el Gobierno y la Iglesia").
El título de la noticia implicaría que la decisión de "casar" a los homosexuales fue el resultado de un proceso de reflexión y de debate dentro de la Iglesia de Noruega. Pero no fue el caso. Me pregunto entonces: si resulta que los pastores luteranos noruegos son simples funcionarios del Estado, y como tales simples ejecutores... ¿dónde está la noticia?
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