reportaje en www.aceprensa.com / viernes 10 de septiembre de 2010
Catholic Voices es una iniciativa creada en el Reino Unido por un equipo de comunicadores para enseñar a católicos corrientes a explicar en la radio y en la televisión la postura de la Iglesia sobre ciertas cuestiones controvertidas. Aunque de momento sólo intervienen en los debates planteados con ocasión de la visita de Benedicto XVI (16-19 septiembre), se trata de un proyecto más amplio que puede servir para inspirar iniciativas similares en otros países.
A Peter Williams, un ex ateo de 26 años converso al catolicismo, no le tembló el pulso cuando le llamaron de un programa televisivo para hablar sobre algunos aspectos de la moral sexual católica. “Me gusta discutir mis creencias con mis amigos no creyentes de la universidad. Es un reto apasionante demostrar la armonía entre fe y razón”.
Claro que presentarse en un plató para explicar estas cosas no se improvisa. Williams fue uno de los 20 candidatos elegidos en el casting organizado por Catholic Voices (se presentaron 80 personas), para asistir a un entrenamiento especial dirigido por expertos en comunicación. Las sesiones –unas tres al mes– tuvieron lugar en Londres entre febrero y julio.
Entre los seleccionados hay farmacéuticos, maestros, estudiantes, abogadas, madres de familia... En la selección se tuvieron en cuenta tres criterios: “La personalidad, la actitud y la catolicidad”, según explica Austen Ivereigh, uno de los promotores. Debían sentirse a gusto con las enseñanzas de la Iglesia.
Los promotores de esta iniciativa –Jack Valero, portavoz de la beatificación del cardenal Newman; Kathleen Griffin, ex productora de la BBC, y Austen Ivereigh, periodista y colaborador de varios medios británicos– persiguen dos objetivos.
El primero es proporcionar al equipo de portavoces argumentos concisos y convincentes sobre las polémicas que están planteando los medios con motivo del viaje del Papa: abusos sexuales, el papel de la mujer en la Iglesia, el sida y los preservativos, la Iglesia y la ciencia, la homosexualidad, etc.
El segundo consiste en enseñarles habilidades y técnicas retóricas para salir al paso con garbo –y, a ser posible, con buen humor– de las preguntas más impertinentes.
Porque si algo caracteriza a la mayoría de estos debates mediáticos es su hostilidad hacia el Papa y la Iglesia católica. Cadenas como la BBC o Channel 4 están dando un espacio desproporcionado a muchos alérgicos a la religión que, de la noche a la mañana, se han convertido en solventes “teólogos”.
Pero lo cierto es que la acidez de algunos de estos invitados resulta un poco cansina. Da la impresión de que los tópicos que abanderan responden más a problemas personales no resueltos que a objeciones razonables contra la fe.
Quizá por eso resulta tan atractiva la presencia de esta veintena de portavoces en la pantalla. De entrada, porque se les ve más frescos y con menos prejuicios. Son jóvenes que se sienten orgullosos de la fe católica. Y también porque, en lugar de ir al choque, tratan de explicar de forma sugerente por qué creen lo que creen.
Catholic Voices es una iniciativa surgida de la sociedad civil, con el apoyo de una asociación llamada The Catholic Union of Great Britain. El proyecto, que ha sido financiado por una fundación y por donaciones privadas, ha gustado mucho a la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, pero sigue siendo independiente.
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